La Segunda

Jorge Sahd 250x250

Lo que era un trascendido, hoy en Bruselas, Bélgica, se confirmó: la visión crítica del Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hacia el Mandatario chileno, Gabriel Boric. En las postrimerías de la Cumbre Celac/UE, que se desarrolló entre lunes y martes en esa capital europea, hoy en la mañana el Jefe de Estado brasileño atribuyó a la juventud y la inexperiencia de Boric sus 'prisas' para que todos los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños reconozcan la agresión por parte de Rusia contra Ucrania.

'Posiblemente la falta de costumbre de participar de estas reuniones hace que un joven sea más sediento, más apresurado', lanzó Lula al término de su visita. 'Yo tuve la prisa de Boric', aseguró el brasileño recordando que durante su primer mandato lo invitaron a la cumbre del G7 y él también quería que todo se decidiera allí.

Pero no paró ahí y siguió reflexionando: 'Posiblemente, porque debe haber sido la primera reunión de Boric de la Unión Europea con América Latina, tiene un poco más de ansiedad que los demás. Solo eso'. 'Todos sabemos lo que piensa Europa, todos sabemos lo que está pasando entre Ucrania y Rusia. Todos sabemos lo que piensa América Latina. No tengo que estar de acuerdo con Boric; es su visión', agregó.

Consultada la Cancillería sobre los dichos de Lula, al cierre de esta edición aún no había respuesta.

Lula se aleja

Se trata de la primera vez que Lula, en público, se refiere a las diferencias que tiene con el Presidente Boric. Y fue la cumbre de Brasilia, organizada por Lula para impulsar la integración sudamericana a fines de mayo, donde por primera vez se vieron las diferencias.

En esa ocasión, Lula afirmó que se había creado una 'narrativa' sobre la falta de democracia en Venezuela. Boric frente a él, le llevó la contraria. 'Manifesté respetuosamente que tenía una discrepancia con lo que señaló el Presidente Lula en el sentido que la situación de derechos humanos en Venezuela no era una construcción narrativa', dijo Boric.

Esa vez, según publicó el diario Folha de Sao Paulo, su postura molestó a Palacio Planalto: 'Ahora Boric es considerado por el gobierno brasileño como un mal ejemplo para la izquierda en América Latina', escribió el influyente medio paulista, quien agregó que 'según la percepción de los miembros del gobierno (brasileño), Boric se convirtió en aquello que Lula debe evitar a toda costa: un líder que no comprendió el contexto de su victoria, las limitaciones de su poder y permitió que la derecha, en poco tiempo, volviera a dominar la agenda del país'.

¿Tiene un efecto?

Distintas miradas desde el mundo diplomático y académico tuvo este episodio. Según Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la UC, 'Lula intenta desviar el foco con sus consejos al Presidente Boric, ante una posición extremadamente errática frente a una guerra que viola principios fundamentales de ONU'.

Agrega además que 'aunque hablemos de una marea rosa 2.0, por mayoría de gobiernos de izquierda de la región, esta marea es muy distinta a la de la década del 2000 y hoy las afinidades ideológicas ya no permiten construir agendas regionales comunes'.

Para Mariano Fernández, ex ministro de Relaciones Exteriores, la exposición del Presidente Boric en la cumbre 'me pareció impecable'. Mientras que sobre el Presidente de Brasil señala que 'tengo la impresión que el Presidente Lula ha tratado de estar al comando de América Latina y está más preocupado por Boric que de la unidad, teniendo tres países que están respaldando la invasión rusa'.

Una mirada más amplia entrega Carlos Ominami, quien fue integrante del Comité Asesor de Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, frente a la demanda de Bolivia (2014). Asegura que ambos mandatarios han condenado las violaciones a los derechos humanos, 'sólo que el Presidente Boric mira una guerra con esa defensa de los DD.HH. y la democracia. Lula lo que trata de hacer es construir una visión Latinoamericana para no alinearse con Estados Unidos ni con Europa'.

Por su parte, el exembajador Pablo Cabrera asegura que 'intuyo que lo dicho por Lula tuvo la sola intención de marcar un punto y resaltar la complejidad de la agenda América Latina-Unión Europea; no creo que haya querido contradecir ni enfrentar al Presidente Boric. Más aún, a mi juicio, no cabe especular más allá del tenor de la declaración completa del Presidente Lula. Así las cosas, creo que se puede diferir en la aproximación generacional a los temas más duros de la agenda, pero no así en los resultados a lograr'.

Sobre si afectará la relación entre ambos países, o los intereses del país, Cabrera aseguró que 'Chile y Brasil tienen una sólida relación histórica y amistosa más allá de las personas y los gobiernos; además, en el contexto global actual, ambos se complementan en la dimensión pacífico-atlántica de la agenda global'.

Algo parecido piensa Sahd: 'Más allá del cruce de declaración, la relación bilateral no debiera verse afectada, porque es una relación estratégica que ha convertido a Brasil en nuestro principal socio comercial en el hemisferio sur y destino de importantes inversiones de nuestras empresas. Eso sumado, a la cooperación en materias de defensa y seguridad'.

Mientras Fernández asegura que 'no hay efectos, las cosas son más serias bilateralmente, tienen buena relación, porque en estos eventos puede haber diferencia, (pero) no dañará la relación'.

Para Ominami, Brasil 'es claramente un socio con el cual Chile tiene mayor interés y relaciones muy estrechas y sería útil que Boric desplegara una diplomacia más activa de recomposición del espacio sudamericano. Ese fue el objetivo del pasado 30 de mayo, de países que no se veían hace 11 años. Entonces no es buen par Chile distanciarnos de Brasil, no es buena opción, debemos ser cuidadosos con las palabras, ser cariñosos y sintonizar en una Latinoamérica que en asuntos globales ha perdido una voz con gobiernos conservadores, entonces dentro del interés de Chile (está) sumarse a ese esfuerzo de recuperar esa voz'.

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