El Mercurio
A propósito de la última actuación del Comité de Ministros, se ha planteado una suerte de dicotomía entre cuidado ambiental versus crecimiento económico, señalándose incluso por parte de la Presidenta que no concibe un desarrollo a espaldas de las personas y donde solo importan los números. La sustentabilidad apunta justamente a superar esta contraposición, compatibilizando el pilar económico, el ambiental y el social a través de un adecuado ejercicio de internalización de externalidades ambientales y sociales negativas, en un contexto, ya señalado por el primer principio de la Declaración de Río, en que la persona está al centro de las preocupaciones del desarrollo sustentable.
En este sentido, una decisión política, argumentada desde una perspectiva técnica, no solo echa por la borda el señalado ejercicio de internalización haciendo fracasar la gestión ambiental y la sustentabilidad, sino que además genera un grave problema de incertidumbre técnica y jurídica para todos los proyectos actualmente en evaluación.
