El Mercurio

Maria Elena Santibanez 158x158-2

El economista Rafael Garay -quien se encuentra en prisión preventiva en el anexo cárcel Capitán Yáber desde el 16 de marzo- subió ayer al estrado para poner a disposición del tribunal los bienes que le quedan, para resarcir a las 36 víctimas de sus estafas reiteradas -delito que se le imputa-, estimadas en unos $1.800 millones.

El hombre que fue expulsado de Rumania, donde llegó huyendo de sus acreedores luego de asegurar que sufría un cáncer terminal, no dudó al responder a las consultas que se le hicieron en la audiencia ante la magistrada Paola Rabinovich. Mantuvo el aplomo que lo convirtió en personaje nacional cuando señaló ante los abogados que entregaba en el acto autorización para que se liquiden sus activos, consistentes en un departamento, obras de arte y un estacionamiento, para reparar el mal causado a sus clientes. "Autorizo la enajenación total de esos inmuebles y su depósito al tribunal", señaló. Consultado en cuánto estimaba el monto, descontando créditos y deudas, dijo que el saldo sería de unas 3.500 UF (cerca de $95 millones).

Garay manifestó su voluntad de que primero se le pagara a su acreedor Víctor Mellado, un trabajador penquista representado por la abogada María Elena Santibáñez, que sufrió en su trabajo quemaduras en el 80% de su cuerpo y cuya indemnización invirtió en el negocio que ofrecía el economista. "Hay una prioridad que tiene carácter más bien emocional, que es la del señor Víctor Mellado; por tanto, creo que hay que tener una consideración especial hacia él".

Señaló que no está en posición de acceder a ingresos: "Destruí toda mi vida profesional, laboral y la posibilidad de rehacerme desde algún tipo de vista. Por lo tanto, en el corto, mediano y largo plazo tampoco voy a ser capaz de generar ingresos adicionales (...) Si tuviera alguno, sería íntegramente parte de esta reparación", dijo.

Al término de la breve audiencia, la jueza Rabinovich indicó que el tribunal no estaba facultado para recibir los dineros que ofrecía Garay ni para repartir las platas; que eso lo tenía que tratar directamente con los querellantes. Y que, en definitiva, "la atenuante, mediante esta declaración de intenciones, se revisará al determinar la pena, en el momento de la sentencia".

Consultado el fiscal José Morales cuánta plata le queda a Garay, dijo: "Creemos que es bastante poco. La deuda con los acreedores es de unos mil ochocientos millones y no tiene ni siquiera para cubrir el 10%".

Y el defensor Reynerio García de la Pastora confirmó: "Todos sabemos que no hay más".