El Mercurio

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"Me siento con la presión alta, pero puedo continuar con la audiencia"

La respuesta del economista Rafael Garay a la jueza Paola Robinovich, del Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, causó hilaridad entre los expectantes.

Sentado en el banquillo de los acusados, tres meses y tres semanas después de haber sido formalizado en ausencia, y luego de un largo retorno extraditado desde Rumania, contestó así a la magistrada cuando ayer por la tarde le preguntó si había recibido buen trato y si estaba bien de salud.

La jueza debía verificar la legalidad de su detención

-Sí, respetuoso (dijo sobre el buen trato). Estoy bajo tratamiento médico y la farmacología (su receta médica) fue entregada a Gendarmería -respondió.

Rafael Garay Pita llegó a la sala F-1002 del Centro de Justicia con zapatos Louis Vuitton, un suéter negro, una camisa celeste a rayas y el peto amarillo que distingue a los detenidos.

Durante toda la audiencia siguió atentamente el proceso y solo se rascó la oreja en dos ocasiones: Cuando leyeron la lista de las 36 víctimas de estafas reiteradas por las cuales se le acusa y nombraron a su ex amigo y periodista Iván Núñez. Y cuando la abogada defensora María Elena Santibáñez contó que su representado era una persona inválida, a quien Garay no le había devuelto su pensión, que fue el dinero que le entregó para que le diera más plata y que nunca volvió a ver.

La audiencia debe haber sido una de las más tranquilas que se hayan registrado en el Centro de Justicia con imputados polémicos o populares. Lo cual se produjo porque, inesperadamente, luego de que la fiscalía pidió prisión preventiva como medida cautelar, el defensor de Rafael Garay manifestó que "por expresa instrucción de mi cliente, no va a haber oposición a la medida cautelar". Un hecho casi inédito, al cual uno de los abogados, Jorge Echeverría, le dio la siguiente interpretación: "Lo hizo para después señalar que había colaborado durante todo el juicio".

Reynerio García de la Pastora insistió en que la defensa no estaba de acuerdo con ello, pero debía acoger el mandato de su representado. Sin embargo, se guardaba el derecho a pedir posteriormente la revisión de la prisión preventiva.

La magistrada fue la más dura en su dictamen. Dijo que "quedó en evidencia, en la audiencia, que la enfermedad de Garay es falsa, porque no se ha ofrecido por la defensa, o no se encuentra de manera alguna acreditado que el imputado padece del cáncer que adujo para dilatar el cumplimiento de sus obligaciones y justificar el cierre de su negocio".

Y dictó prisión preventiva para Rafael Garay Pita por representar un peligro para la sociedad y por peligro de fuga.

El peligro de fuga lo argumentó con su salida del país luego de preparar el terreno diciendo que partía a tratarse un cáncer terminal a París, lo que nunca hizo. "Viajó a un país que no tiene tratado de extradición con Chile. Si Rumania no daba la extradición, no se habría podido juzgar en Chile al señor Garay".

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