La Segunda

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Más de 41 años tiene la ley —firmada por los integrantes de la Junta Militar (Augusto Pinochet, José Toribio Merino, Gustavo Leigh y César Mendoza)— que regula el ingreso y permanencia en Chile de extranjeros.

Allí se establecen las normas para que un extranjero entre y pase de turista a residente temporal o permanente. La ley tiene 96 artículos permanentes y cinco transitorios. Muchos de ellos, según los expertos, desactualizados.

Por ejemplo, se señala que no pueden entrar al país "los que tengan reputación de agitadores o activistas" o "los que no tengan o no puedan ejercer profesión u oficio".

Expertos en migración coinciden en que es urgente actualizar la legislación. Y que para ello es clave regular el trato de fronteras, la conducta de la policía y permitir que un migrante pueda arrendar una inmueble (ver expertos).

¿Qué exige hoy la ley para que ingrese un extranjero?

Los turistas de otros países que vienen de sitios con los que Chile tiene relaciones diplomáticas deben presentar sus documentos de identificación (cédula o pasaporte) y visa estampada (dependiendo del país de procedencia).

Si es de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay o Perú basta la cédula.

A todos ellos, Policía Internacional les entrega cuando ingresan —si es que los dejan pasar— un formulario llamado «Tarjeta de Turismo», vigente por 90 días, que se pueden prorrogar otros 90. En cualquier caso, la norma establece que estas personas deben acreditar «solvencia económica», pero no especifica monto de dinero.

En cuanto a los que vienen de países con los que Chile no tiene relaciones diplomáticas, se dispone que deban ingresar con un «Visto de Turismo». Además, se les exige la autorización previa de la Cancillería.

Ellos deben informar motivos de viaje, duración de visita, fecha y asegurar que tienen pasajes de salida de Chile hacia su país de origen o a un tercero (en éste último, tienen que probar que cuentan con la autorización para ingresar ahí). También deben «acreditar solvencia económica».

Miguel Yaksic: "Hoy un migrante no puede arrendar"

El director nacional del Servicio Jesuita a Migrantes, Miguel Yaksic s.j., dice que la actual ley "otorga un ámbito muy grande a Interior y eso se traduce en rechazos discresionales. Se debe buscar un mecanismo que favorezca la regularización migratoria. Ese proceso debe ser fácil para evitar la irregularidad que hay entremedio. Incluso a un migrante regularizado se le dificultan cosas como la vivienda. No puede arrendar y termina en piezas precarias y por mucha plata".

María Emilia Tijoux: "Regular el trato de policía en fronteras"

La experta en inmigración y socióloga de la Universidad de Chile, María Emilia Tijoux, dice que "el decreto migratorio es de 1975 fue formulado bajo un eje de seguridad nacional que buscaba evitar el ingreso al país de posibles terroristas. Hoy, el fenómeno de la migración responde a personas que buscan trabajo y mejores condiciones de vida. Por ello, es imprescindible regular el trato que la policía da a los extranjeros en las fronteras, sin discriminación por color, raza o forma de vestir, y controlar la trata de personas y tráfico ilegal de inmigrantes en las fronteras".

Gustavo Rayo: "Hay establecer condiciones de ingreso"

El investigador del Centro Nacional de Estudios Migratorios de la U. de Talca, Gustavo Rayo, dice que es necesaria una política pública más integral y una ley migratoria que facilite su ingreso, sin discriminación, y su permanencia. Por ejemplo, a través de un vínculo contractual vigente al momento de entrar a Chile y una mejor regularización de las visas de turista a residente. Hay que establecer condiciones claras de ingreso para evitar que la decisión quede a criterio de la policía. Para entrar a EE.UU. y Europa con visa de turista se debe demostrar que se dispone de dinero para permanecer; en Chile no se pide un monto específico ni se verifica.

Claudio Valdivia: "Falta una Dirección de Migración"

El director de la Clínica Jurídica de la UC dice que la actual ley "no se ajusta a los estándares de derechos humanos. El primer problema está en el ingreso, porque las personas pueden ser objeto de una discriminación por etnia o género. Los países que se adecuan a este tema tienen una Dirección General de Migración (...) Hay varias cosas más como que la seguridad social no se condicione a años de residencia o la homologación de títulos, hoy un problema".

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