Diario Pulso

Fernando Arab 158x158

Recientemente hemos conocido nuevos estudios que indican que Chile sigue cayendo en el ranking mundial de competitividad. Lo mismo ocurre en materia de productividad. Por otro lado, vemos que el programa estrella del Gobierno en materia de capacitación (programa Más Capaz) está fuertemente cuestionado en sus resultados, al punto que el Ministerio de Hacienda y el Congreso acaban de recortar su presupuesto en $5.000 millones para este año 2016. Por su parte, la OCDE ha señalado, reiteradamente, que una de las principales falencias de Chile en materia laboral está, precisamente, en su actual sistema de capacitación. Por lo mismo, no se entiende el porqué sigue durmiendo en el Congreso, sin mayor tramitación, un proyecto de ley ingresado en marzo de 2014, que con sus virtudes y defectos buscaba, precisamente, reformar el actual sistema de capacitación existente en nuestro país. ¿Cuál es el eje central de este proyecto? Es entender la capacitación laboral como -sin lugar a dudas- una de las principales herramientas para que los trabajadores puedan acceder a mejores condiciones, tanto laborales como salariales, contribuyendo de forma real a disminuir la desigualdad. Para llevar a la práctica lo anterior, logrando un sistema de capacitación pertinente y eficaz, la clave está en trabajar de la mano con los diversos sectores productivos a fin de levantar los perfiles de oficios que el mercado laboral requiere, generando mayor y mejor empleabilidad e impulsando la productividad con capital humano mucho más calificado. Chile no puede seguir esperando, debe existir un cambio de paradigma en materia de capacitación, debemos sintonizarnos con los estándares y buenas prácticas internacionales, para lo cual el punto de partida es modificar el actual foco de nuestro sistema de capacitación, apuntando más a la pertinencia y la calidad de los cursos impartidos.