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Cuatro abogados top recuerdan su examen de grado

María Elena Santibáñez, de la Clínica Jurídica de Derecho UC, experta en delitos sexuales y profesora de derecho penal, se preparó durante 10 meses estudiando todos los días. Paraba sólo para almorzar e ir al gimnasio. "Debe ser de las peores épocas, a nivel de estrés, en la vida de una persona, porque todo se reduce al estudio. Mi marido era mi pololo en esa época y estudiamos juntos. Pero fue tal el nivel de estrés que después del examen, terminamos. Me generaba cierto rechazo verlo, porque lo asociaba al examen. Después volvimos", cuenta Santibáñez, quien rindió el examen el año 97 en la UC. "Sentí mucha presión porque yo ya hacía clases de derecho penal, entonces, no sólo tenía que pasar, me tenía que ir bien para seguir siendo académica. Me saqué un siete".

Loreto Bresky , experta en temas de propiedad industrial e intelectual, recuerda que el examen de grado era como un "monstruo" que se le venía encima. "En esa época era muy poco frecuente que hubiera interrogadores. Con una amiga estudiábamos por separado, pero al final de la semana nos interrogábamos mutuamente", recuerda Bresky, quien se preparó por casi seis meses, antes de rendirlo en septiembre de 1994. "Ese día estaba muy nerviosa, no quise que mis padres fueran a verme. Pero aprobé y en la noche me celebraron".

Carolina Fuensalida , líder en el área de discusión tributaria por el ranking Leading Lawyers Chile 2015, recuerda que fue un periodo de seis meses intenso y a ratos de pánico. "Estuve bastante encerrada y dedicada en forma exclusiva a estudiar en jornadas de unas diez horas diarias. Ese día estaba muy cansada, pero no nerviosa. Mi gran motivación era poder darlo y por supuesto pasarlo y dejar de algún modo ese capítulo atrás, para recuperar mi vida", cuenta Fuensalida, quien obtuvo un siete en la UC.

Alfredo Morgado recuerda que su mamá, que era jueza del crimen, se preocupó porque no lo veía muy concentrado en la preparación de su examen. "Me invitó a que me fuera a la casa de mi abuela en Córdoba, Argentina. Estuve dos meses estudiando allá, mañana y tarde, en un escritorio que me prepararon. Luego continúe estudiando acá, ya con el ritmo. Fue una buena decisión que acepté con recelo". Después de seis meses de preparación rindió el examen en la U. de Chile y lo pasó con nota 6.

¿En serio sirven los resúmenes para estudiar?

¿Es una buena técnica para estudiar tomar apuntes a mano y escribir resúmenes? En el estudio "The pen is mightier than the keyboard " (La pluma es más poderosa que el teclado) publicado en la revista "Psychological science", su autora Pam Muellar dejó en claro que la escritura a mano ayuda a tener mejor comprensión a largo plazo. "Cuando anotas a mano estás forzado a tener un juicio sobre lo que estás escribiendo. Tienes que pensar en el concepto y seleccionar lo más importante, en vez de teclear el contenido y pensar más tarde a qué se refiere", dijo la sicóloga de la Universidad de Princeton en 2014.

El chileno Pablo Menichetti, coach educacional y autor del libro "Aprendizaje inteligente", concuerda en que hacer resúmenes sí es una técnica efectiva. "Consiste en sintetizar un texto con los conceptos principales, lo

que permite procesarlos múltiples veces hasta entenderlos. Cualquier sistema de aprendizaje involucra el desarrollo de buenos resúmenes que contenga los contenidos principales para comprender y así no perder el tiempo en cosas sin uso. El corazón de cualquier sistema de estudio son los buenos resúmenes. La síntesis es una de las habilidades principales del siglo XXI y una forma de llevarlo a la práctica es a través de resúmenes".

-¿Ayuda ocupar destacadotes para subrayar?

-Sí, pero hay que saber ocuparlos, si destacas medio texto no sirve. En una hora no debería haber más de 15 a 20 conceptos principales, el resto es blablá. Estas herramientas también ayudan a retener el contenido en forma visual.