La Tercera
Señor director:
Más allá de los efectos que genera la filtración de documentos de la firma Mossack Fonseca, es oportuno considerar el impacto de estas filtraciones en la aceleración de la agenda de cooperación internacional, en materia de información financiera y tributaria que propician el G-20 y la Ocde.
Chile no se ha restado de la agenda de transparencia financiera internacional, habiendo flexibilizado sus reglas de secreto bancario, firmando un IGA con Estados Unidos y aprobando recientemente la Convención sobre Asistencia Administrativa Mutua en Materia Tributaria de la Ocde.
Los últimos acontecimientos, sin embargo, reforzarán, entre otras políticas, la meta de la Ocde de establecer como modelo estándar de reporte internacional el Intercambio Automático de Información, modelo que requiere que la autoridad tributaria nacional tenga acceso directo y sin mediar autorización judicial a la información financiera de todos los habitantes, para informar de manera automática a sus contrapartes extrajeras cuando sea pertinente.
Los países que promueven este modelo nos llevan décadas de ventaja en el perfeccionamiento de una institucionalidad capaz de garantizar los más altos estándares de manejo de esa información, para salvaguardar el derecho a la privacidad de los ciudadanos.
Si es previsible que este modelo termine por imponerse en Chile, parece sensato acelerar una nueva regulación en materia de privacidad, capaz de asegurar a los ciudadanos el resguardo de este derecho garantizado en tratados internacionales, y prevenir de forma eficaz el mal uso comercial o incluso político de información personal.
