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El obispo de Temuco, Héctor Vargas, presidente del área educacional de la Conferencia Episcopal, concurrió hace unos días a renovar su pasaporte a la oficina del Registro Civil de la Araucanía, como cualquier ciudadano.

Todo hubiese sido un trámite más, si no hubiese sido porque la funcionaria que lo atendió le pidió que, para la fotografía, se sacara el alzacuello, esa prenda blanca que cubre el cuello de los religiosos. Y todo hubiese quedado en penumbras si no hubiese sido por Radio Bío Bío que lo divulgó y por el jefe del servicio, César Peiñán, que lo confirmó.

El obispo Vargas, quien es profesor de Estado, se quitó la prenda, a pesar de que su secretaria confiesa desde Temuco que "no se la saca ni cuando está de vacaciones" y, además, solicitó una chaqueta prestada para aparecer en la foto. El retrato debió repetirse ya que, a juicio de la funcionaria, el religioso salesiano salía demasiado sonriente. Todo derivó en las excusas "respectivas y sinceras" de César Peiñán, jefe de la empleada, y un sumario administrativo que está en curso.

"Dice monseñor Vargas que la situación se resolvió con el Registro Civil y que no va a hacer declaraciones al respecto", lo excusa su secretaria en el obispado temuquense.

Para el constitucionalista Patricio Zapata, en este caso se afectan tres derechos: el de la vida privada, el de la propia imagen y el de libertad religiosa. "Una persona que pertenece a cualquier fe religiosa, sea católica o no, tiene derecho a usar ese tipo de signos", precisa el jurista.

Reconoce, eso sí, que el Registro Civil puede pedir a un ciudadano que retire cualquier elemento que imposibilite identificarlo, como el velo islámico o burka, porque "le impide que se cumpla el propósito laico del documento de identidad".

No ocurre lo mismo con un aro, un piercing o una cruz en la solapa. "Acá hay un tema de error o descriterio de la funcionaria", asegura Zapata.

Ana María Célis, académica de la Facultad de Derecho de la UC y licenciada en derecho canónico de la Universit Gregoriana, dice que "es absurdo" tomar esa medida, porque hay disposiciones en el Registro Civil y en Aeronáutica sobre cómo tomar las fotos o relacionarse con los hábitos religiosos.

"El cuello es nada, es como un plástico que cubre de punta a punta. Es parte de la vestimenta habitual de los sacerdotes, aunque el derecho canónico admite otras opciones, como una cruz en la solapa", asegura la abogada del tribunal eclesiástico de Santiago.

En todo caso, César Peiñán, jefe del Registro Civil de Temuco, deja en claro que si se establece alguna sanción para la funcionaria, "ella también tiene derecho a la defensa respectiva".

A raíz del caso del obispo Vargas, la oficina nacional del Registro Civil en Santiago, en medio de idas y venidas por el paro indefinido de sus funcionarios (ver recuadro), reiteró que la recomendación para esta foto es que "la persona no debe ocupar anteojos oscuros que oculten los ojos, puesto que para el reconocimiento facial se debe visualizar la cara completa y despejada". Además, que "puede tomarse con aros, cintillos, sujetadores de pelo, turbantes, etc., siempre que no alteren u obstruyan la vista despejada del rostro".