El Mercurio

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Como "un registro inesperado" del alma nacional, califica Roberto Méndez, presidente de Adimark GfK, la radiografía que durante los últimos nueve años ha dibujado la Encuesta Nacional Bicentenario sobre cómo somos los chilenos.

Ayer, durante el lanzamiento de la versión 2014 de este estudio -que desde 2006 realizan Adimark GfK y la Universidad Católica, con el apoyo de "El Mercurio" y Canal 13-, el rector de esta casa de estudios, Ignacio Sánchez, destacó que la encuesta "le ha tomado el pulso a la sociedad chilena desde 2006 y nos ha aportado valiosos antecedentes de lo que preocupa, alegra o sueñan los chilenos a lo largo de todo el país". Familia, sociedad, religión, relaciones con el mundo, calidad de vida, impuestos, etnias e inmigración son algunos de los aspectos abordados por el sondeo.

"Es estimulante comprobar que año a año se acrecienta la influencia de esta encuesta en el debate público y social", señaló Cristián Zegers, director de "El Mercurio". Subrayó que en la versión 2014 los 2 mil encuestados -mayores de 18 años de todos los niveles socioeconómicos- opinaron sobre temas totalmente contingentes en la agenda valórica y el debate de políticas públicas. "Desde el tributario y el educacional, hasta el aborto y la relación laboral-sindical".

Si bien los resultados dan cuenta de "una sociedad diversa y contradictoria", señaló Cristián Bofill, director ejecutivo de Canal 13, a su juicio, llama la atención que "somos tremendamente autocomplacientes para referirnos al grado de expectativas y satisfacción con nuestra vida personal y muy autoflagelantes cuando se trata de evaluarnos como sociedad. Hay un abismo entre cómo los chilenos nos percibimos a nosotros mismos y cómo percibimos a nuestros semejantes". Esto último se refleja de forma patente en las evaluaciones hechas por padres, madres e hijos sobre el rol paterno en la crianza. Un panel de expertos abordó ayer los principales hallazgos de la encuesta 2014 en ese ámbito.

Padres invisibles

La Encuesta Bicentenario 2014 pidió a madres, hijos y padres evaluar el rol que jugó el padre en la crianza, incluyendo el apoyo emocional, formación valórica y tiempo dedicado al hijo, como el apoyo brindado a la madre.

Tanto para madres como para hijos, "la ausencia del padre fue el factor que en forma más significativa empeoró la evaluación", subrayó Eduardo Valenzuela, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UC.

Mientras el 86% de las madres evaluó positivamente a los padres que vivieron con su hijo hasta los 18 años y 80% a los que lo visitaban frecuentemente, la satisfacción cayó a 23% cuando las visitas al hijo eran ocasionales, y a 17% cuando eran nulas.

"Esto se vuelve alarmante considerando que el ausentismo del padre ha ido aumentando aceleradamente en las últimas décadas", dijo Valenzuela. Según la Encuesta Casen, entre 1992 y 2011 aumentaron de 18% a 35% los hogares con hijos menores de 18 años sin presencia paterna.

Si bien los expertos destacaron que los padres jóvenes se están involucrando más en la crianza, sugirieron incentivar más políticas públicas y empresariales que apoyen a los hogares con ausencia paterna y, a la vez, ayuden a guiar a padres y madres en su rol parental.

Sergio Bernales, fundador del Instituto Chileno de Terapia Familiar, destacó en este sentido el espíritu original de iniciativas como el Programa Puente y Chile Crece Contigo, y la importancia de contar también con la familia extendida, como abuelos y tíos, cuando el padre o la madre están ausentes.

Carolina Dell'Oro, directora de la consultora Concilia, destacó que "los adolescentes -pese a estar en una edad crítica- son los grandes ausentes de las políticas públicas que apoyan a la familia". Y enfatizó el "rol prioritario" que tiene el sector privado "no solo en dar a sus trabajadores tiempo y espacio para la crianza, sino también en formar a esos padres y madres 'cautivos' en habilidades parentales".