La Tercera

Raul Madrid 96 final

Señor director:

He leído con mucha atención los argumentos del senador Girardi para despenalizar el aborto, publicados en la edición del día sábado. En general, se trata de una recopilación -bastante simplificada, por lo demas-, de todos los tópicos y lugares comunes utilizados por los abortistas, incluida la eterna confusión entre la defensa de la vida y las concepciones religiosas y el consecuente "escándalo" por la pretensión de querer "imponer" principios de fe, cuando en realidad no se trata más que de la sencilla constatación de que una hembra humana no puede parir otra cosa que un ser humano y, por lo tanto, todo el proceso de generación de ese ser debe estar amparado por el derecho, porque todos los seres humanos tienen derechos humanos, independientemente de las circunstancias en que se encuentren.

El argumento más curioso es, sin embargo, el de la igualdad. Se dice que una ley de aborto contribuye a la igualdad entre las personas, por cuanto los poderosos cometerían este delito impunemente en las clínicas privadas, mientras que los pobres se verían privados de delinquir (sic). Sin detenerme en el hecho de que la afirmación misma puede ser constitutiva de delito, y las clínicas privadas podrían eventualmente querellarse, el sentido común jurídico indica que, si existen ciudadanos que por su mayor poder económico pueden llegar a burlar la ley, lo que el Estado debe hacer para fomentar la igualdad no es eliminar dicha ley, sino aplicarla con mayor rigor y de manera efectiva.

La lógica propuesta por Girardi tendría efectos devastadores en el Derecho Penal. La insignificancia racional del argumento demuestra que se trata de una excusa para introducir categorías ideológicas en el debate público, teniendo en cuenta que muchas personas son sensibles a los eslóganes. En este sentido, hay una responsabilidad de los legisladores de comprometerse con razones sustentables en el discurso lógico, y no simplemente tratar de confundir para obtener resultados favorables a sus (discutibles) puntos de partida personales.