El Mercurio

claudio feller9696  Alex van Weezel-1

Tres proyectos de "Ley Emilia" se han presentado en el Congreso y ayer la Presidenta Michelle Bachelet señaló que el Ejecutivo, recogiendo ideas de parlamentarios, presentará una cuarta iniciativa que busca elevar la pena del manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte, de la Ley de Tránsito, hasta los 10 años de cárcel.

La Mandataria adelantó que el proyecto que patrocinará el Gobierno establece "dos delitos asociados a la conducción con resultado de muerte o lesiones gravísimas: uno simple y uno agravado". En el primero la pena parte en 3 años y un día, pudiendo llegar a 10 años.

Mientras que en el agravado, el castigo asignado parte en un rango de presidio efectivo: 5 años y un día a 10 años de cárcel, pudiéndose imputar cuando el conductor huye del lugar, es reincidente o está drogado. "Esta pena es la misma que hoy tienen los delitos de homicidio, robo con violencia o con fuerza.", dijo Bachelet.

El senador RN Alberto Espina valoró que el Ejecutivo haya recogido las propuestas que él, junto al senador Felipe Harboe (PPD) y Hernán Larraín (UDI), ingresó como moción al Senado.

Debate

El anuncio generó un amplio debate en torno a si esta conducta delictiva es homologable a la de un homicida, por ejemplo, para que se aumenten las penas hasta llegar a sanciones semejantes. Sobre esta nueva "Ley Emilia", Harboe advirtió que será tema de análisis que este aumento de penas no redunde en un problema de "proporcionalidad" respecto a delitos más graves con castigos menores.

En esa misma línea, el abogado penalista Julián López dijo que "el anuncio me parece lamentable. El problema de la proporcionalidad de las penas seguirá presente mientras el Gobierno insista en proponer reformas parciales de los tipos penales y no aborde una reforma sistemática de la legislación penal, para la cual cuenta ya con una propuesta acabada en el trabajo de la comisión que elaboró el anteproyecto de nuevo Código Penal", dijo.

Esta preocupación también la abordó el penalista Juan Domingo Acosta. "Lo importante es que exista racionalidad en el sistema, es decir, que las penas asignadas a los delitos sean razonables a la gravedad de los delitos", sostuvo. Agregó que estos cambios en la penalidad de solo un delito dan la razón de que se debe hacer una "nueva codificación de los delitos" para que no haya discordancias en que delitos considerados más graves tengan penas menores que, por ejemplo, el manejo en estado de ebriedad.

Desproporción

El académico Jean-Pierre Matus señaló que esta modificación va en el sentido de "la valoración social actual de los hechos", que le atribuye mayor gravedad -a propósito de casos mediáticos- a quien conduciendo ebrio mata a una persona.

"¿Podrá ser esta pena desproporcionada con la pena que tiene el homicidio simple? Eso es lo que hay que analizar, pero la pregunta también puede ser si acaso lo desfasado es la pena para quien comete un homicidio. En general, esa pena siempre ha estado desfasada a todos los cambios en los delitos del Código Penal. He ahí la necesidad de uno nuevo, pero que se realice con participación democrática", dijo.

El penalista Claudio Feller dijo que espera que la ley deje claro que esa alta condena se dictará contra quien se compruebe que por efectos del alcohol produjo ese resultado fatal y no que fue a causa del azar. Agregó que "es inapropiado que la legislación penal y los delitos se vayan modificando por parte" y que "una política criminal correcta sería cambiar el antiguo Código Penal".

El profesor Alex van Weezel sostuvo que es posible que delitos como este en que la "actuación es gravemente imprudente" pueda tener penas equiparables a delitos dolosos. Sin embargo, expresó que estos tiene que estar "bien expresados en la ley y el juez tenga la facultad de hacer esta equiparacion del hecho imprudente al doloso".