El Mercurio

gabriel bocksang96x96

Señor Director:

Es interesante el rol que las consignas o eslóganes podrían llegar a tener en nuestra sociedad. Por ejemplo, si tomáramos como principio (meramente hipotético) que "el lucro es nefasto", a continuación podríamos especificarlo, como en la frase "el lucro en la educación es nefasto". Y seguidamente, podríamos asociar a tal conclusión algunos bienes de semejante importancia, como "el lucro en la alimentación es nefasto" o "el lucro en la vivienda es nefasto".

En consecuencia, deberíamos cerrar hoteles, restaurantes, almacenes, empresas inmobiliarias, corredoras de propiedades, ferias callejeras, proveedoras de tejas y de ladrillos, y perseguir despiadadamente a los vendedores ambulantes que intentaran expenderles una fruta, un helado o una tortilla de rescoldo a los transeúntes de nuestras calles.

Los servicios correspondientes de alimentación y de vivienda deberían ser prestados por alguien que eminentemente no lucrare, lo que, nuevamente de acuerdo con las consignas, apuntaría al Estado como supremo satisfactor. Quizás con un poco de imaginación podríamos extender el principio general a otros rubros, o incluso a todos ellos. Luego de estas extensiones, la consigna se habría transformado en una sociedad comunista. Una tal sociedad quizás les complazca a algunos; no es, en lo personal, mi caso.

Pero da lo mismo lo que yo piense al respecto. De hecho, mis líneas anteriores son ciertamente un delirio. Lo único que quiero subrayar es que soy un agradecido de que en una sociedad como la nuestra no estemos gobernados por consignas.