Financiero

Rodrigo Benitez Ureta uc

Desde la creación del Ministerio del Medio Ambiente, la regulación en temas ambientales ha tomado un impulso que es imposible de desconocer. Nuevas normas de emisión y de calidad, nuevas declaraciones de zonas saturadas y latentes, nuevos planes de descontaminación, más áreas protegidas terrestres y marinas y un número importante de reglamentos que permiten sostener este nuevo andamiaje institucional.

Por supuesto que quedan temas por desarrollar. El tema ambiental es amplio y las soluciones no son inmediatas.

Desde los instrumentos de comando y control, es importante avanzar en elaborar planes de descontaminación para las ciudades que en los últimos años fueron declaradas latentes o saturadas. La meta de los primeros 100 días del gobierno ("estableceremos planes de descontaminación para las ciudades que presenten las situaciones más críticas") es ambiciosa y va en buena línea, aunque es complejo que en ese lapso pueda lograrse su establecimiento por los plazos reglamentarios asociados.

En materia legislativa, está pendiente el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (presentado en enero de 2011 sin mayor avance). Esperamos que las condiciones hoy sean mejores y que los parlamentarios se comprometan. La existencia de esta nueva normativa nos permitirá hacernos cargo de mejor manera de nuestros compromisos internacionales, y dará mayor certeza en una materia que por carecer de diseño integral genera dificultades.

También hay que avanzar en el proyecto de ley de reciclaje, que incorpora la "responsabilidad extendida del productor". Es pionero en la regulación de un instrumento económico para la gestión ambiental (en este caso de valorización de residuos).

Ese avance hacia los instrumentos económicos en la gestión ambiental, hace mirar con buenos ojos la inclusión en la reforma tributaria de los llamados "impuestos verdes". Se fijarán tributos a vehículos que utilizan diésel y a turbinas y calderas con potencia igual o superior a 50MWt. Esto se complementa con el avance de los últimos años en mejorar el estándar de los combustibles, regular el etiquetado vehicular incluyendo el rendimiento (base de cálculo del impuesto propuesto), y normar las emisiones de termoeléctricas junto con dar inicio al proceso para regular emisiones de calderas.

La discusión recién comienza y esperamos que exista tiempo para entrar en el detalle y plantear algunas dudas. Sí es claro que los instrumentos económicos llegaron para quedarse.