La académica UC se convierte así en la única chilena en participar de esta instancia que tiene por objetivo la promoción de la vida y del apostolado de los fieles laicos.

A mediados de noviembre, en la Nunciatura Apostólica de Chile, la profesora Ana María Celis recibió el decreto de nombramiento que la integra formalmente y como la única chilena al Dicasterio Laicos, Familia y Vida de manos de la Subsecretaria Linda Ghisoni en su venida a Chile.

El Dicasterio es competente en aquellas materias que son de pertinencia de la Sede Apostólica en la promoción de la vida y del apostolado de los fieles laicos, en la pastoral de los jóvenes, de la familia y de su misión, de acuerdo con el plan de Dios y en la protección y el apoyo de la vida humana.

En la práctica, explica la profesora Celis, la académica participará de reuniones que tienen lugar cada dos años junto a los superiores del Dicasterio, donde eventualmente le corresponderá votar en ciertos asuntos junto a los demás miembros entre los que se encuentran matrimonios, consagrados, cardenales, obispos, entre otros.

También, agrega, "al ser miembro me pueden confiar ciertos asuntos – estudios, informes – sobre aspectos propios como aquellos relevantes para la vida cotidiana de la Iglesia como es la de los laicos -bautizados, miembros de la Iglesia católica- que desarrollan diversas actividades tanto dentro como fuera de la Iglesia, lo que corresponde a temas de Familia y Vida y a las asociaciones y movimientos internacionales que están bajo la supervisión del Dicasterio".

La profesora Celis recibe este nombramiento “como un regalo inesperado”. No tenía idea que se estaba evaluando y, ciertamente “es un honor pues, además de revisarse acuciosamente en distintos organismos lo que he realizado o escrito, naturalmente el nombramiento implica un reconocimiento y respaldo que recibo con alegría y humildad”.

Principales desafíos del nombramiento

La profesora Celis tiene una larga relación con el Dicasterio ya que entre los años 2018 y 2023 fue consultora de la entidad y, en tal calidad, se le solicitaban diversas colaboraciones. En este nuevo rol, espera participar activamente de las distintas actividades que se realicen en función de promover el apostolado de los laicos, a los jóvenes, a la institución matrimonial y a la realidad de la familia y de la vida en el ámbito eclesial.

Pero, sobre todo, agrega, “espero estar atenta a las necesidades de nuestra región y actuar en corresponsabilidad en las cuestiones en las que deba participar y, por qué no, también proponer asuntos en los que se denote urgencia, especialmente, en lo que se refiere desde los jóvenes a los mayores, asociaciones y movimientos. Desde luego, un tema que me vincula de manera especial al Dicasterio es lo que concierne a la prevención de los abusos sexuales en la Iglesia para evitar, detener precozmente y reparar junto a las víctimas/sobrevivientes dichos delitos”.