En la instancia se distinguió a los profesores Luis Bates, Benito Mauriz y el fallecido Eduardo Urrejola por su aporte en el impulso y desarrollo de la enseñanza clínica del derecho en nuestro país y, particularmente, en nuestra Facultad.

A través de una ceremonia solemne y cercana, con la asistencia de autoridades, profesores, funcionarios, profesionales y alumnos, la Clínica Jurídica Derecho UC conmemoró su medio centenario de historia y servicio a la comunidad.

En este marco, la Facultad homenajeó a tres distinguidos académicos por su aporte en la creación, desarrollo y fomento de la enseñanza clínica del derecho en nuestro país, siendo pioneros en la instauración de una Clínica Jurídica en Chile: Luis Bates, Benito Mauriz y Eduardo Urrejola, quien dejara este mundo en marzo recién pasado.

“Hoy es fácil hablar de la Clínica Jurídica o del DEPAL, con 52 años de retrospectiva y decir ‘pero si era obvio que había que hacer una clínica jurídica’. Pero cuando se hizo no era obvio, era importantísimo, pero no era obvio. Entonces, lo que estamos conmemorando hoy es la vitalidad, el aporte, la alegría brindada al servicio de la academia a través de la práctica en una disciplina tan relevante como el derecho y el rol que tuvieron estos tres grandes profesores al impulsar en Chile la enseñanza clínica de esta disciplina”, manifestó el decano Gabriel Bocksang.

“Queridos profesores, los dos que están aquí presentes y aquel que nos acompaña desde el más allá, muchas gracias por su servicio desinteresado a Chile, por su generosidad con la Universidad Católica y con tantas generaciones de estudiantes que hoy pueden tener una educación sólida, profunda, llena de los valores cristianos y, al mismo tiempo, de conocimiento en la cuestión más propiamente técnica del derecho. Gracias por lo que han aportado y porque podremos proyectarlo muchos años más, con una Clínica Jurídica cada vez más grande, más importante y de mayor servicio al futuro de Chile”, concluyó la autoridad.

Posteriormente, el director de la Clínica Jurídica, Rodrigo Azócar, se dirigió a los presentes destacando a cada uno de los homenajeados, quienes se desempeñaron como profesores y directores del Departamento de Práctica y Asistencia Legal (DEPAL) de nuestra Facultad en diferentes períodos: don Luis Bates, fundador de la Clínica Jurídica en el año 1970 y destacado jurista y servidor público; don Benito Mauriz, exdecano de nuestra Facultad, servidor público y de la judicatura, quien dedicó 37 años de su vida profesional a la docencia en nuestra Facultad; y don Eduardo Urrejola, cofundador de la Clínica Jurídica junto al profesor Bates, quien nos dejó para partir a la casa del Padre, luego de haber dedicado 45 años de su vida profesional a la enseñanza de esta disciplina en nuestras aulas.

"Hoy miramos el pasado y nos reconocemos herederos de un trabajo y de una historia de esfuerzo y excelencia. Por eso es que nos detenemos para agradecer a Dios, por todas las personas que han pasado por el DEPAL: en primer lugar, agradecemos a los profesores que hoy homenajeamos por impulsar y dar vida al proyecto, a los diferentes profesores y ayudantes que, a lo largo del tiempo, han dictado cursos de Clínica Jurídica, a los funcionarios por su compromiso en el trabajo diario de la institución, y a los estudiantes por su dedicación brindada en cada causa, poniendo en práctica todo lo aprendido en nuestra Facultad; todos ellos han visto en el DEPAL un espacio para servir al prójimo”, manifestó Azócar.

Posteriormente, el sacerdote Rodrigo García bendijo las placas que indicarán los nombres de los profesores homenajeados y que se instalarán en la sala del primer piso de la clínica (de atención) y dos salas de reuniones del segundo piso. El padre García hizo un llamado de reflexión a los presentes respecto del sentido del trabajo que realizan en la Clínica Jurídica y su rol social.

Finalmente, el profesor Luis Bates tuvo sentidas palabras de agradecimiento y recordó su paso por nuestra Facultad y los desafíos que implicó en aquellos años la instauración de un servicio jurídico gratuito a la comunidad que, al mismo tiempo, fuera tan importante en la formación de los estudiantes de derecho de esta universidad. La actividad concluyó con un cóctel de honor en la recién nombrada Sala de Atención Eduardo Urrejola González.

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