Dentro del marco del curso 'Empresas sociales', el académico UC expuso sobre la evolución de dicha forma de emprendimiento en el país.

El pasado viernes 11 de septiembre, el profesor Jaime Alcalde intervino en una charla con estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile organizada por el profesor Guillermo Caballero, quien imparte un curso optativo sobre empresas sociales. El objetivo de la conversación fue conocer el desarrollo que ha tenido esta categoría en Chile y también la discusión comparada que ha existido sobre el concepto.

En la instancia, el académico UC explicó que los primeros antecedentes de empresas sociales son las sociedades de socorros mutuos formadas a mediados del siglo XIX para cubrir los gastos de enfermedad, invalidez o fallecimiento de sus afiliados a partir de los aportes que ellos mismos realizaban. Después vinieron las sociedades organizadas como cooperativas, que acabaron teniendo una ley específica en 1924. El movimiento tuvo bastante fuerza en la década de 1960 y 1970, y volvió a reflotar en los últimos 10 años debido a la aparición de nuevas modalidades de emprendimiento con propósito, como las empresas B, el comercio justo, la economía circular, entre otros, y también una importante reforma de la Ley general de cooperativas. Aunque ha habido varias iniciativas legales, dos de las cuales han sido presentadas en el Congreso, hasta ahora no existe una regulación ni para la economía social en su conjunto ni para las sociedades de beneficio e interés colectivo (BIC), que cuentan ya con leyes en Colombia y Ecuador.

El tema, agregó el mismo, ha cobrado mucho interés en otros países. Por ejemplo, a comienzos de este año se presentó el informe Las empresas sociales y sus ecosistemas en Europa, que se enmarca en el Plan de Acción sobre la Economía Social que la Comisión Europea proyecta presentar en 2021. Esto va en línea con la redefinición de empresa, donde el propósito pasa el concepto articulador. En este sentido, el Manifiesto de Davos (2020) del Foro Económico Mundial ha señalado que la empresa se ordena a colaborar con todos sus stakeholders en la creación de valor compartido y sostenible, explicó el profesor.