El encuentro contó con la participación del profesor de la Universidad de Salamanca, Lorenzo Mateo Bujosa Vadell, quien analizó los principales desafíos de la integración de la flexibilidad en procesos civiles y la experiencia internacional.

Con un gran marco de público se realizó en el Salón Aquiles Portulappi la Charla El Proceso Civil Flexible dictada por el profesor Lorenzo Mateo Bujosa Vadell, docente de Derecho Procesal de la Universidad de Salamanca, España. La presentación estuvo a cargo de la directora del Departamento de Derecho Procesal UC, María Elena Santibáñez, quien agradeció la presencia del experto internacional e invitó a los presentes a aprovechar la instancia para debatir y reflexionar sobre esta temática, mientras que los profesores UC Nicolás Luco y José Domingo Ilharreborde comentaron la ponencia.

En su intervención, el profesor Bujosa expuso ejemplos concretos de reformas procesales civiles en las que se ha introducido la flexibilidad procedimental. Así, comentó la experiencia de Inglaterra, Gales, Portugal y Brasil. Manifestó también los principales desafíos que conllevan estos sistemas: “¿Hasta qué límites y cómo se controlan estos cambios?”. Explicó que la flexibilidad establece una discrecionalidad del juez y la posibilidad de hacer variaciones y cambios y por eso hay que analizarla dependiendo del derecho que se quiera defender.

El primer comentario de la ponencia estuvo a cargo del profesor Nicolás Luco quien explicó que “uno tiene ciertas predisposiciones sobre esto y uno piensa que estamos frente a un procedimiento en Chile que es tremendamente riguroso y poco flexible. Y el procedimiento de por sí es mucho más flexible que lo que uno ve y piensa. Ahora cuando uno habla de flexibilidad, la pregunta más relevante es ¿flexibilidad para quién? ¿Flexibilidad para el legislador, para el juez o para las partes? Desde mi perspectiva, creo que para las partes”.

El profesor Ilharreborde, en tanto, desde la perspectiva de litigante, se preguntó cómo se asegura la flexibilidad en el proceso. Hoy, y tras las reformas en materia laboral, de familia y penal, “se piensa que la solución a todos los males de la justicia chilena es el proceso arbitral. ¿Entonces la pregunta es cómo se da la flexibilidad en el proceso arbitral?”. En eso tenemos que trabajar. “Uno lo que pide como litigante son reglas del juego lo más claras posibles y facultades lo más claras posible y en este sentido la reforma viene con cosas interesantes. Creo que el proceso en Chile viene con algunas ideas de colaboración y otras de flexibilidad. Lo interesante es aportar siempre teniendo en mira la certeza y las reglas claras del juego para que los litigantes sepamos a qué atenernos”.