En su visita a Derecho UC, el agente Chileno ante La Haya recorrió el proceso de la demanda boliviana analizando sus etapas, intervinientes, así como los argumentos esgrimidos por ambas defensas y las fortalezas de la estrategia utilizada por nuestro país.

En el Centro de Extensión UC y ante una alta audiencia, se desarrolló la Conferencia Alegatos ante La Haya: Reflexiones del Caso, actividad organizada por el Centro de Estudios Internacionales UC (CEIUC) y que tuvo como invitado especial al Agente de Chile ante La Haya, Claudio Grossman.

En su exposición, Grossman hizo un recorrido por todo el proceso, desde la aplicación del caso el 24 de abril de 2013, pasando por la memoria (17 de abril 2014), la excepción preliminar y sentencia preliminar (15 de julio 2014 y 24 de septiembre de 2015, respectivamente), la contramemoria (13 de julio de 2016), la réplica (21 de marzo de 2017), dúplica (15 de septiembre de 2017), hasta llegar a los alegatos desarrollados del 19 al 28 de marzo recién pasado.

El abogado explicó que a partir de la réplica, Bolivia mejoró la articulación de su discurso, basado principalmente en tres argumentos: primero, pone a Chile como un país que no cumple sus promesas; le da particular relevancia y valor a las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA); y sustentan su postura en una narrativa de agresión e injusticia por parte de Chile, que se inicia con la Guerra del Pacífico.

En dicho marco, explicó el invitado, Bolivia mantiene su pretensión de acceso soberano al Pacífico basándose en el Artículo 2.3 de la Carta de las Naciones Unidas la que señala que cuando dos países tienen disputas territoriales, deben sentarse a conversar. Sin embargo, Grossman sostuvo que para aplicar este artículo, la disputa debe tener ciertas características que lo hagan admisible y no ante cualquier pretensión. “No voy a ignorar el potencial del artículo 2.3, porque es muy atractivo plantearlo, pero qué pasa si mañana México, que perdió el 60% de su territorio, dice queremos California de vuelta ¿Se genera una obligación de negociar?”, manifestó.

Sobre la defensa chilena, Grossman esgrimió que se ha mantenido constante, respondiendo y refutando cada uno de los argumentos presentados por Bolivia. “Nuestro objetivo en los alegatos orales fue presentar la mejor defensa de Chile, con un equipo profesional de gran preparación y por medio de un trabajo minucioso, con una posición jurídica sólida y tomando decisiones estratégicas, tales como ubicar la disputa en el Derecho Internacional, ser consistentes en la argumentación, plantear todos los temas y profundizar en alguno de ellos y abordarlos en un orden estratégico, por nombrar algunos”.

Sobre este proceso, Grossman relevó la importancia que tiene hoy la diplomacia en el mundo moderno. “En cuanto a las relaciones internacionales, vivimos en un momento en que prácticamente no hay tema que pueda ser resuelto por un solo país, desde medioambiente al terrorismo, hasta temas de relación económica”. En este contexto, prosiguió, “como todos somos parte del problema y de la solución, necesitamos conversar más, dialogar más, necesitamos más diplomacia y si bien hay quienes piensan que sería bueno que todo se legalizara, porque habría más trabajo para los abogados, esto sería funesto para el campo de las relaciones internacionales; no va a contribuir a que avancemos en la diplomacia del siglo XXI”.

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