El segundo coloquio sobre los patronos de la Facultad fue protagonizado por el profesor Raúl Madrid. En la instancia el profesor Pedro Irureta también se refirió a la vida de San Alberto Hurtado.

Ahondar sobre los principales aspectos de la vida y obra de San Alfonso María de Ligorio, defensor del alma y doctor de la iglesia, fue el objetivo del segundo coloquio Conociendo Mejor a Nuestros Patronos Derecho UC.

El encuentro, que fue presidido por el decano de la Facultad, fue protagonizado por el profesor Raúl Madrid, quien hizo un pequeño repaso por los principales hitos de la vida de san Alfonso. En este contexto, destacó que el patrono, nacido en Italia en el año 1969, vivió su vida con conciencia escrupulosa y con gran devoción por la oración y la virgen. “Él creía firmemente que la oración podía cambiar el mundo”.

Asimismo,  resaltó el decálogo del Santo para los abogados, en el que se destacan características como la competencia, el estudio, la verdad, la fidelidad y la justicia. Tras un breve análisis de cada uno de sus puntos, el profesor ligó estas recomendaciones al sello que la Facultad busca impregnar a su comunidad en el día a día.

Sobre la vida pastoral, el profesor Madrid aseguró que San Alfonso se caracterizó por la dulzura y una gran capacidad de acogida. Fue también el fundador de los redentoristas, convirtiéndose en su primer director, y entregándose con ardor a las misiones populares.

San Alfonso predicaba con una catequesis fundada en Tomás de Aquino, por tanto era doctrina. Esto caracterizó su vida pastoral, matizando lo intelectual con el contacto de las personas. “San Alfonso nos invita a estudiar la doctrina y comunicarla con cariño y afecto”.

San Alberto Hurtado

Durante el encuentro, también intervino el profesor Pedro Irureta, del departamento de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, quien tuvo algunas palabras para el segundo patrono de la Facultad, San Alberto Hurtado, analizando su vida desde la perspectiva del derecho.

Así relevó  que cuando San Alberto ingresó a la UC entendió el estudio como una herramienta para desarrollarse como persona; vio la carrera como un elemento de santidad para servir a los demás. El académico repasó los tres grandes aportes del Santo a la carrera: su tesis de bachiller sobre el trabajo infantil, su tesis de licenciatura sobre el derecho a domicilio en la disciplina laboral y su obra sobre el sindicalismo.

Irureta también se refirió a tres elementos que destacan en el pensamiento jurídico de San Alberto: su obsesión por la idea de la justicia –separada de la idea de caridad–, el bien común y la dignidad en el trabajo. “San Alberto propuso vías de solución a partir de realidades concretas. Su aporte fue ser hijo de su época y proponer cursos de acción a través de su propia experiencia”, concluyó.