La sección de derecho penal de la Clínica Jurídica Derecho UC, liderada por la profesora María Elena Santibáñez, patrocinó al padre biológico y a la abuela del menor, logrando junto a la Fiscalía Occidente el presidio perpetuo calificado más la pena de 17 años de presidio mayor en su grado máximo para Osvaldo Quiroz Zamora, el padrastro y homicida.

"Este juicio marcó mi vida profesional", aseguró la profesora de la sección penal de la Clínica Jurídica Derecho UC, María Elena Santibáñez. "Desde que lo vi en la televisión dije: 'esta causa la quiero para condenar a este tipo toda la vida por el crimen horrendo que cometió", y así fue. Luego de casi dos años de intenso trabajo, se leyó la condena de Osvaldo Quiroz Zamora quien tras torturar, abusar sexualmente y dar muerte a un menor de cuatro años fue condenado por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de San Bernardo a presidio perpetuo calificado y a 17 años de presidio efectivo.

La causa, explicó la profesora Santibáñez, llegó a la Clínica en septiembre de 2015, unos meses después de que hubieran sucedido los hechos. Los patrocinados por el departamento fueron el padre biológico del menor y la abuela del mismo. "Desde entonces comenzamos un trabajo exhaustivo junto a la Fiscalía Occidente para demostrar que este tipo era culpable".

El equipo de trabajo, continuó, estuvo conformado en orden cronológico por los alumnos José Tomás Lisboa, Isabel Haro, Juan Eluchans, Noelia Campos y Lorenzo Vial. La alumna ayudante fue Alexandra Scognamillo, mientras que los abogados ayudantes fueron José Tomás Humud y Nicolas Browne.

"Este grupo fue un siete, todos con la camiseta súper puesta y lo más estimulante, es que este trabajo no es por plata. El nivel de compromiso que se genera en la Clínica es increíble. Los alumnos, ayudantes y abogados saben en el fondo que estas causas las hacen ellos y que con su trabajo están marcando un precedente", comentó la académica.

Las etapas del proceso fueron bien claras, aseguró la misma. En octubre de 2015 presentamos la querella y desde entonces comenzamos a participar activamente en el proceso investigativo. "Cada cierto tiempo pedíamos entrevista para ver qué le faltaba a la Fiscalía. Además, nosotros alegamos muchas circunstancias de agravantes que no alegó la Fiscalía y que finalmente hicieron la diferencia en la pena". El juicio como tal se desarrolló en mayo. "Los alumnos se lucieron. A pesar de que alegábamos los abogados, ellos estaban súper documentados y se sabían la carpeta de memoria".

"Durante la investigación había que ir constantemente a la Fiscalía de San Bernardo para pedir copia de la carpeta investigativa", relató el alumno Juan Eluchans. "Tuvimos que revisar qué antecedentes nuevos existían para actualizar la carpeta y realizar informes para que la profesora y los abogados estuvieran al tanto de todo lo que sucedía. Luego de que se cerrara la investigación, el trabajo en equipo consistió en realizar nuestra acusación particular, que fue muy importante porque incluimos agravantes que ninguno de los demás intervinientes incluyeron, y preparar la audiencia de preparación del juicio oral y el juicio oral".

Desde la perspectiva académica, la profesora también aseguró que esta experiencia fue impagable. "Los alumnos que cursan la práctica en la Clínica de Penal desarrollando una experiencia increíble. No existe ninguna otra universidad que lleve este nivel de casos. Nosotros, como Clínica Jurídica, hemos marcado un cambio significativo en esto. Sentimos que nuestros patrocinados reciben respuesta y la Fiscalía, además, sabe el buen nivel de nuestro trabajo y que nosotros luchamos hasta el final, incluso llevando solos los causas a juicio si deciden no ir y estamos convencidos de nuestro caso".

En esta misma línea, el alumno Eluchans comentó: "A la Clínica en Penal llegan muchos casos, generalmente muy fuertes, y que probablemente no llegan a un estudio particular. Por eso, hacer la práctica aquí es una gran experiencia para aprender. En derecho penal uno puede hacer realmente una diferencia y ayudar a gente que ha vivido muy malas experiencias, por lo que nuestra ayuda puede ser un verdadero aporte para ellos". Y este caso lo demuestra, agregó. "Hay hechos muy terribles que ocurren en nuestra sociedad y uno puede ayudar a aquellas familias para que se haga justicia y logren un poco de paz".

"Creo que hemos hecho un trabajo bastante fructífero acá en la Clínica", finalizó la académica. "Esto se ha traducido en que hemos ido a varios juicios orales y nos ha ido bastante bien. La mayoría son por abusos sexuales a menores. Entonces, desde esta tribuna, no sólo ofrecemos asistencia legal de calidad a las víctimas, entregándoles acceso a la justicia, sino que también cumplimos el importante rol formativo a nivel académico para nuestros alumnos y desarrollamos en ellos la vocación de servicio a la sociedad".