En una conversación íntima con varios alumnos, el invitado internacional habló sobre la autoinmunidad de la democracia y los planteamientos del filoso francés Jacques Derrida.

Lo primero que el profesor David Johnson aclaró a los alumnos presentes fue que a él no le gusta el término de seminario y lo que buscaba con esta actividad era tener una conversación profunda y educativa para hablar sobre democracia. Este miércoles 17 de junio el académico de la Universidad de Buffalo, ubicada en Nueva York, Estados Unidos, se reunió con algunos alumnos de pregrado de la Facultad para realizar un planteamiento filosófico sobre una definición tan trascendental en la época moderna como es la democracia.

El encuentro titulado La Autoinmunidad de la Democracia. Una visión sobre Derrida y la Democracia, fue impulsado por el profesor del departamento de Fundamentos del Derecho, Raúl Madrid, y consistió principalmente en una discusión desde el punto de vista filosófico de la utopía y perversión del concepto democracia, según algunos autores. Lo primero a tener en cuenta dijo el académico norteamericano, es que la democracia se constituye de dos conceptos fundamentales: libertad e igualdad. No puede existir democracia sin la libertad universal y sin la igualdad absoluta.

"Pero según Derrida la democracia es imposible y eso radica en que la libertad y la igualdad son incompatibles", dijo Jonhson, argumentando que la libertad en este sentido excluye la ley que nos limita desde afuera a ciertas cosas, y siempre es posible que la libertad de uno obstruya o traspase la libertad de otro. "Inevitablemente unas personas serán más libres que otras y eso ya interfiere con la igualdad absoluta".

Es en este punto donde el concepto de democracia y las leyes entran en conflicto, agregó el mismo, ya que en un país con democracia, el problema de las leyes que deben preservar la libertad e igualdad está siempre presente. Es imposible resguardar una sin transgredir la otra. "Pero esta misma imposibilidad es la única posibilidad de la existencia de la democracia", explicó, "ya que si existiera una democracia absoluta, tal cosa sería una perversión porque no habrían leyes, ni justicia ni vida humana".

Finalmente, el profesor de teoría política y doctor en literatura americana dijo que no hay democracia que funcione sin la exclusión de las minorías y que es el Estado el que se debe preocuparse de proteger a dichas minorías que son las encargadas de hablar por las mayorías. "No existe democracia que se salve sin destruirse a sí misma. La democracia busca sobrevivir al atacarse a sí misma como una forma de sobre reaccionar, por ejemplo ante el ataque de un sistema externo y esto es que lo que sucede con muchas naciones que destruyen su propia democracia como un mecanismo de defensa", concluyó el profesor.

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