En el marco de las Operaciones de Emergencia, más un centenar de voluntarios viajaron al norte del país donde construyeron 30 viviendas progresivas para apoyar a las familias damnificadas por las inundaciones.

Derecho UC esperaba con ansias las primeras Operaciones del año que congrega a la generación novata y que tiene como objetivo estrechar lazos entre los nuevos estudiantes y, al mismo tiempo, realizar labores solidarias y de ayuda a la comunidad. En esta oportunidad, el desastre ocurrido en el norte hizo cambiar el rumbo de los jóvenes, poniéndose como meta construir 30 viviendas progresivas en la localidad de Chañaral.

El Centro de Alumnos Derecho UC, a través de la Vocalía de Compromiso Social, y en conjunto con la fundación TECHO, coordinaron estos trabajos que se llevaron a cabo entre el 16 y el 20 de abril, en la que participaron más de un centenar de voluntarios y cuya misión fue construir un nuevo hogar a 30 familias de la Población 26 de Octubre de Chañaral.

Los jefes de esta Operaciones, Francisca Keutmann y Guido Vera, calificaron como todo un éxito estos trabajos, donde además entregaron cuadernos a los niños de la zona con el objetivo de motivarlos a seguir con sus estudios una vez que las condiciones mejoren.

Una experiencia intensa y sobrecogedora

El novato Raimundo Hurtado afirmó que "fue una experiencia muy fuerte, ya que nunca había participado en trabajos donde las necesidades fueran tan grandes", y agregó que "me parece buenísimo que se hayan hecho, ya que una de las razones por las que entré a esta Facultad fue su compromiso con la justicia y con los demás".

Guido Vera, jefe de las Operaciones, contó que el ambiente era desolador por lo que reunían cada noche para compartir vivencias, lo que se hacía muy difícil después de las arduas jornadas de trabajo, pero a pesar de todo lo lograron. "Quisimos darle un fuerte foco formativo a estas operaciones y transmitir que no es necesario que ocurra una catástrofe natural para ayudar a quienes más lo necesitan. A veces el 'norte' está mucho más cerca de lo que parece".

En tanto, Felipe Lyon presidente del Centro de Alumnos, señaló estar muy contento al haber cumplido el objetivo gracias a la intensa labor y compromiso de todos: "Trabajábamos doce horas diarias para poder terminar las casas, pero valió la pena, porque pese a lo desolado que está Chañaral, la gente nos recibió de manera increíble y estaban felices con nuestra ayuda, lo que nos hizo volver felices y satisfechos a nuestras casas".