Por 42 votos a favor, el Senado aprobó la nominación de la magistrada como nueva integrante del máximo Tribunal, quien asumirá este cargo en las próximas semanas.

Por unanimidad el Senado aprobó la designación de la exalumna Derecho UC María Teresa Letelier Ramírez, como nueva ministra de la Corte Suprema. Con su arribo, el máximo tribunal del país quedará conformado por 11 hombres y 8 mujeres, disminuyendo así la brecha de género.

Letelier, quien inició sus labores en el Poder Judicial en 1980 y se desempeña como ministra de la Corte de Apelaciones de San Miguel desde 2002, tomó esta noticia con gran alegría y, al mismo tiempo, con mucha humildad, pues sabe que este nombramiento trae consigo una gran responsabilidad. “Me siento dichosa, muy contenta y realizada. Este es el final y el inicio: el final de mi carrera, la que construí para llegar a la Corte Suprema, donde somos pocos los afortunados que logramos llegar y no tengo palabras para expresar la alegría que me produce. Pero también es el inicio de una responsabilidad mucho mayor, que uno ha tenido siempre como juez, pero más aún en el máximo Tribunal, porque lo que acá se resuelve es definitivo”.

Es ahí, explicó, donde radica el principal desafío de esta nueva labor: “hacer justicia a través del derecho, de la mejor manera y estudiando mucho, con compromiso para tratar de no equivocarse, porque las equivocaciones a esas alturas son tremendas, ya que las partes no tienen más que hacer, por lo tanto, es una labor con mucha responsabilidad”.

La egresada de nuestra Facultad cuenta con una extensa carrera; fue dirigente de la Asociación de Magistrados, además de realizar labores docentes en la Escuela de Carabineros y en la formación de jueces. Asimismo, fue parte del Consejo Directivo de la Academia Judicial entre 2011 y 2015; secretaria ejecutiva de la Federación Latinoamericana de Magistrados; delegada internacional ante la Unión Internacional de Magistrados y directora de la Asociación Nacional de Magistrados entre 1999 y 2000. Desarrolló toda su carrera profesional en tribunales del crimen, en San Miguel, Puente Alto, Santiago, en el Primer Juzgado del Crimen, y posteriormente se desempeñó por 10 años como jueza de crimen en el Séptimo Juzgado de Santiago. “Después me nombraron ministra, donde llevo 10 años y si bien las cortes no tienen especialidad, obviamente la materia que a mí me apasiona es el Derecho Penal”, vocación que, comentó emocionada, nació en las aulas de nuestra Facultad siguiendo a su maestro, el profesor Sergio Yáñez.

En relación a ello, Letelier tendrá la posibilidad de elegir entre tres salas con vacancia: Constitucional, Laboral y Penal. De elegir esta última, sería la primera mujer en integrarla de forma permanente. “Estoy en la disyuntiva, en un proceso de reflexión. La Sala Penal es la que me produce mayor satisfacción, por cierto, pero es algo que todavía estoy analizando”.

Consultada por los desafíos de la legislación penal de nuestro país, fue enfática al señalar que el trato que se le da a las víctimas de delitos es algo que, sin duda, debe mejorar: “Están bastante invisibilizadas, se les da muy poca importancia. Otro punto que hay que mejorar es lo relacionado al cibercrimen, delitos informáticos, el tráfico transnacional, delitos ambientales, en todos esos ámbitos, sobre todo en delitos ambientales, estamos al debe, hay que revisar y preocuparse de esos temas, tipificarlos, sobre todo en medio ambiente porque debemos cuidar el planeta”, manifestó.

El sello UC

Cuando tuvo que elegir una carrera y universidad, la oriunda de Talca no dudó en entrar a Derecho en la UC. “Vengo de una familia de varios abogados, así que crecí viendo de cerca ese mundo, que me gustaba mucho y cuando postulé a la universidad, con mi puntaje podía optar por la Universidad de Chile, de Concepción y la UC y elegí esta última sin dudarlo”, manifestó.

¿Por qué la UC? “Como cristiano católico, tienes un deber, tienes que mirar al prójimo y verte en él; uno debe tener empatía con las personas, eso me lo dio mi casa y la Universidad me lo reforzó. He tratado toda mi vida de hacerlo así, nunca sentirse más ni menos que nadie; tenemos distintos talentos de los cuales también tenemos que responder y creo que siempre hay que mirar a la persona que tienes al lado como tu hermano. Eso me ha dado la empatía hacia las personas y si tengo a alguien que ha cometido delito, bueno, trato de ver que es un ser humano y que también hay muchas personas que están a su alrededor, una mujer, padre o hijos, que no tienen ninguna responsabilidad en lo que él ha hecho, pero que, sin embargo, también les afectan las consecuencias de lo que él ha hecho”.

Finalmente, sus palabras a los jóvenes que hoy estudian Derecho en la UC fueron de felicitación, por elegir una “carrera maravillosa, con un campo laboral extraordinario” y, sobre todo, de aliento en seguir su vocación, de hacer eso que los llene como personas, sea en el mundo público o privado: “En mi caso, sentir que uno podía resolver un conflicto para las personas, es algo que a mí me sobrepasaba de responsabilidad, pero también, de sentirme realizada. Así lo siento hasta el día de hoy, siento esa plenitud, de ser capaz de resolver un conflicto y eso ayuda a que vivamos mejor, en paz, sobre todo hoy día, en una sociedad tan convulsionada; porque somos jueces, pero también somos personas, somos ciudadanos y tenemos que ver cómo podemos aportar respecto de lo que está pasando”.