Ricardo Irarrázabal S., profesor Derecho UC y Subsecretario de Minería.

 No cabe duda que don Samuel Lira fue uno de los más importantes gestores de la actual legislación minera, específicamente del Código de Minería de 1983, el que, además de la Ley Orgánica de Concesiones Mineras, fueron los fundamentos que le permitieron a Chile transformarse en una potencia minera. En efecto, don Samuel, quien se desempeñó como Ministro de Minería entre 1982 y 1988, presidió la Comisión encargada de la redacción del nuevo código de minería, y que también integraron los profesores Carlos Ruiz Bourgeois, Juan Luis Ossa Bulnes, Carlos Hoffmann Contreras y los abogados señores Antonio Urrutia y César Vicuña.

En este sentido, el país le debe muchísimo, ya que su trabajo sentó las bases del gran desarrollo minero del país, el cual se fundó en la generación de certezas respecto a una actividad económica de naturaleza esencialmente aleatoria, por lo que resultaba fundamental la creación de un estatuto jurídico para la minería que brindara seguridad jurídica, especialmente a través de la concesión minera, sus características y forma de otorgamiento y entendiendo el rol subsidiario del Estado. Este trabajo vino a coronar una trayectoria pública en minería muy notable: fiscal del Servicio de Minas entre 1959 y 1961, Subsecretario de Minería entre 1961 y 1964, Consejero de la CORFO entre 1962 y 1963, Director del Departamento del Cobre y de la ENAP entre 1962 y 1964 y finalmente Ministro de Minería. Desde un punto de vista gremial, fue siempre un colaborador muy activo de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), como consejero, socio honorario y presidente del comité de ética.

Además del servicio público, otra de las labores que realmente apasionó a don Samuel fue la labor académica como profesor titular en la Pontificia Universidad Católica, su alma mater, haciendo clases de Derecho Minero por el increíble número de 56 años, desde su primer curso en 1960 hasta el último el 2016, sumándose así a una larga tradición familiar, ya que su abuelo y su padre fueron también profesores de Derecho Minero en la Facultad. Siempre un caballero, muy educado y gentil con sus alumnos, transmitía su amor por la minería y el derecho desde la primera clase de cada nuevo curso, comenzando siempre con un resumen de la situación de la minería en Chile, tanto metálica como no metálica. Fruto de sus clases es su famoso y verdadero clásico “Curso de Derecho Minero”, leído y estudiado por innumerables generaciones de estudiantes y profesionales. Fue siempre muy querido por todos, alumnos, profesores y auxiliares.

De personalidad muy sencilla, creo que nunca se le escuchó ufanarse de su tremenda contribución en lo público y en lo que fue la formación de 56 generaciones de estudiantes. Esa sencillez en el trato y espíritu constante de servicio se expresó también en el apoyo y consejo permanente que don Samuel daba en forma gratuita a los pequeños mineros que llegaban a su oficina profesional. Hombre de familia y de fe, supo cumplir fielmente la voluntad del Señor generando un extraordinario legado en todos los que fuimos sus alumnos. De esta forma, don Samuel sirvió a Dios, la Patria y la Universidad. Y en forma extraordinaria.