La Tercera
El pasado 6 de abril entró en vigencia la reforma del Código de Aguas, tras 11 años de discusión legislativa y en medio de una sequía de 14 años. Es la modificación más importante en casi 40 años y apunta a solucionar problemas en el acceso y gestión sustentable. Si bien quedan desafíos pendientes para el cuidado de este valioso recurso, la mirada de los expertos convocados a la Mesa Agua del Sustainability Chile Summit 2023, SUS 2023, es optimista. Dicen que estamos a tiempo de tomar la actual crisis -sequía, cambio climático- como una oportunidad para avanzar en medidas regulatorias y de gestión para un uso sostenible del agua, con colaboración público-privada.
"Hemos planteado con mucha fuerza salir del diagnóstico y pasar a la acción", explicó José Sáez, director de Gestión Territorial de Aguas Andinas. Con una cobertura de 2 millones de hogares (cerca de 8 millones de personas), es la empresa de servicios ambientales más grande de Chile, con una fuerte inversión en infraestructura resiliente para asegurar el suministro. Hace unos días presentaron Biociudad, su nueva estrategia para enfrentar el cambio climático y fenómenos que afectan la producción de agua potable. Se estructura en cinco pilares: búsqueda de nuevas fuentes hídricas, resiliencia, mayor aprovechamiento de las aguas subterráneas, soluciones basadas en la naturaleza y uso eficiente del recurso. Fernando Santibáñez, director de Investigación de la Universidad San Sebastián, detalló que "el cambio climático es un fenómeno global que no podemos controlar y que está produciendo cambios profundos en la forma y los tipos de lluvia, lo que hace que sea cada vez más difícil ser eficientes en el uso del agua. No solo tenemos menos agua -las precipitaciones son del orden de 25% a 30% menos que hace 100 años- sino que, además, está lloviendo con mayor intensidad, entonces el agua escurre más rápido y no somos capaces de capturarla".
Daniela Rivera, directora del Centro de Derecho y Gestión de Aguas UC, planteó que "el futuro tenemos que mirarlo con visión positiva, optimista". Una tarea prioritaria es contar con un sistema nacional de información de todas las fuentes hídricas, actualizadas en cantidad y cantidad y que "también es clave la planificación hídrica. Chile carece de un Plan Maestro del Agua, como se llama en otros países, que es el pilar estructurante de todo lo que se hace a nivel regulatorio y de gestión en esta materia. Sin este plan es muy difícil que podamos anticiparnos y plantear medidas efectivas para los desafíos futuros".
Por su parte, José Sáez destacó el gran avance que Chile ha tenido en materia sanitaria, resolviendo en poco más de una década el tratamiento de aguas residuales gracias a "una alianza público-privada muy virtuosa", dejando atrás las enfermedades entéricas y las dificultades para que productos locales ingresaran a mercados internacionales. En Santiago Aguas Andinas avanzó también en un proceso de economía circular para reutilizar los subproductos de la purificación: lodo como fertilizante, energía eléctrica que autoabastece las plantas, gas que es entregado a familias de la zona sur de la Región Metropolitana, por ejemplo.