El Mercurio
Señor Director:
Íñigo de la Maza (ayer) nos pregunta por las consecuencias de afirmar “la personalidad de la criatura que está en el vientre materno”. Como él bien sabe, y nunca hemos ocultado, pensamos que la consecuencia inevitable es la ilicitud de toda acción directamente matadora de esa criatura, lo mismo que de cualquier otra persona, sin importar el estadio de su desarrollo (de lo cual no se sigue que todas las conductas que caben en esa descripción merezcan el mismo reproche moral y jurídico).
Es necesario advertir, sin embargo, un peligro retórico implícito en su pregunta: en un asunto fundamental —en este caso, la personalidad del no nacido—, la consideración de las consecuencias no debe servir para desviar la atención del propio asunto, incluso —y especialmente— si esas consecuencias son impopulares o difíciles de admitir por contraculturales.