El Mercurio
Señor Director:
Resulta realmente preocupante el abandono en el que se encuentra la agricultura en nuestro país. Su aporte al producto interno del país representa alrededor de un 4,3%, pero su influencia en el empleo es mucho mayor al ser una actividad intensiva en mano de obra que genera directamente cientos de miles de empleos, y tantos más, indirectos. Sin perjuicio de lo anterior, es un sector desatendido, no solo por el Estado y la política en general, sino que por la banca, el sector financiero e incluso la opinión pública, los que al final de cuentas ven cómo agoniza un sector sin prestarle la atención que merece, ni adoptar medidas conducentes a su revitalización.
Este sector enfrenta severas dificultades, especialmente aquellos que exportan sus productos al exterior, ya que deben competir con países que subsidian a sus productores, con elevados costos de transporte a los mercados de destino, con un sector financiero que difícilmente entiende las particularidades propias de la actividad y la falta de políticas gubernamentales sectoriales. Basta revisar la cuenta pública del Presidente para notar esta incómoda verdad y la invisibilidad del sector.
Es un hecho que la actividad se encuentra en riesgo y que muchos agricultores están enfrentando situaciones de insolvencia crecientes y harán uso de las herramientas jurídicas existentes para tratar de sortear esta crisis (que por cierto no son las mejores). Ya se ve un aumento exponencial de las reorganizaciones y liquidaciones de agricultores y las consultas a los abogados especializados en estas materias aumentan sin parar.
De no mediar una discusión seria al respecto y el apoyo del sector financiero o la creación de políticas de crédito que reconozcan las particularidades del sector, veremos liquidaciones masivas y una concentración de las propiedades en cada vez menos actores, con las consecuencias que ello conlleva.
Creo que ha llegado la hora de darle la importancia que merece a esta actividad y de adoptar las medidas necesarias para evitar que esta crisis se siga acentuando, antes que sea demasiado tarde, si es que ya no lo es.