La Segunda

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Este lunes, el nuevo proceso constitucional dará oficialmente su primer paso. Los 24 expertos electos por el Congreso asumirán sus cargos para trabajar en el anteproyecto que, a partir de mayo, debatirá el consejo de 50 constituyentes electos democráticamente. Será la primera gran oportunidad para diferenciar éste del proceso anterior, al menos en lo formal: la instalación de la Convención Constitucional el 4 de julio tuvo suspensiones por las protestas en el exterior; un himno nacional frustrado y dos votaciones para elegir a la Presidenta (Elisa Loncón) y luego otras tres ondas para el vicepresidente (Jaime Bassa).

En al menos seis expertos consultados, hay plena conciencia de la importancia de estos hitos iniciales, más aún cuando el proceso no cuenta con un respaldo claro de la opinión pública, como sí ocurrió en el anterior proceso, que con el tempo finalmente quebró confianzas con la ciudadanía (ver recuadro).

Predominan las mujeres

Para definir la mesa, hasta ahora, cada bloque define sus estrategias, poniendo en la balanza aspectos como la importancia simbólica de la paridad; si se debe o no apostar por un rostro joven; cuánto debe influir la experiencia política y la gestión, considerando los plazos acotados; el carácter de quien asuma la dirección, enfatizando dotes comunicacionales y de buen manejo de equipos.

Conversar con algunos en reserva la semana pasada permitía hacerse de la idea de un proceso que llegaría a ver pronto luces verdes, justamente por el costo que tendría para este grupo enfrascarse ante la opinión pública en una pugna mayor. A 96 horas del mismo, las lógicas del poder van minando cualquier visión idílica: el oficialismo y la oposición –con sensibilidades internas distintas, eso sí- están empatados en 12 expertos, y hoy las gestiones apuntan a ver si es posible 'levantar' algún voto decisivo del otro lado (¿será viable que un integrante que votó Rechazo dé ese paso, pese a haber sido nombrado por el oficialismo?) u obtener alguna compensación por cualquier entrega... y quizás hasta todo termine con moneda al aire (mañana los expertos se reunirán por primera vez para ver asuntos operativos en el Congreso de Santiago, y puede ser que algo se avance en estas materias).

Consultamos a abogados con experiencia en materias constitucionales respecto al perfil que debería tener. Además, les pedimos que se arriesgaran con nombres que consideren adecuados para presidir la mesa. Algunos prefirieron entregar su preferencia de manera anónima. Entre siete especialistas consultados, las preferencias se inclinaron por Sebastián Soto (cupo Evópoli), Alejandra Krauss (DC), Verónica Undurraga (cupo PPD), Catalina Salem (cupo RN), Domigo Lovera (RD), Catalina Lagos (PS), Paz Anastasiadis (DC), Hernán Larraín (UDI) y Teodoro Ribera (RN). Krauss, Lagos y Salem fueron los nombres que se mencionaron más de una vez.

El constitucionalista de la UC de Valparaíso, Eduardo Aldunate, comenta que 'aunque son personas nombradas por los partidos y por lo tanto se espera que vayan a velar por plasmar las posiciones de sus sectores en la propuesta, sería valorable que tuvieran la capacidad de trascender la visión de sus mandantes y tratar de abrirse a un proyecto más amplio y menos partisano que el carácter que tuvo la propuesta que votamos el año pasado'.

En cuanto a los líderes, Daniel Grimaldi, director ejecutivo de Chile21, remarca que 'lo principal es que sean nombres que no despierten recelo en los sectores; que sean personas convocantes, que tengan capacidad de tener un juicio equilibrado (...). La mesa tiene que ser lo más convocante posible'. De todos modos, considera que sería favorable que tengan experiencia en relaciones complejas o 'conducir relaciones humanas', ya que 'solo ser un técnico destacado no basta'.

'Partiendo de la base de que todos poseen una experiencia relevante en sus áreas de interés, es importante que la persona que presida la mesa posea experiencia en gestión', agrega la abogada Izaskun Linazasoro.

El exministro Segpres del gobierno de Sebastián Piñera, Claudio Alvarado, cree que lo más probable es que el comité llegue con un acuerdo donde la presidencia sea para un sector –oficialismo u oposición- y la vicepresidencia para el otro, y que las comisiones se dividan equitativamente. También es partidario de que 'el liderazgo de la mesa esté en personas menos marcadas políticamente. Eso reforzaría la expresión de comité de expertos'.

El académico UC, Arturo Fermandois, agrega: 'La presidencia debe apuntar a otorgarle estatura de Estado a ese cargo; quien lo sirva debe aportar rango intelectual, respetabilidad, madurez, dominio técnico y cierta transversalidad, sin fanatismos políticos. Son atributos que hoy urgen, cualquiera sea la persona'.

Las señales importan

Ante la distancia de la opinión pública al nuevo proceso, la abogada Elisa Walker, socia de Sarmiento y Walker Asociados, considera que 'esa distancia es sana, en el sentido de que evita la constitucionalización de los debates públicos. Permite que se pueda avanzar en la discusión de política públicas relevantes, como un nuevo sistema de pensiones, sin paralizar la discusión a la espera de una nueva constitución'.

De todos modos, cree que es importante que el comité experto se preocupe del aspecto comunicacional, 'evitando descalificar en términos personales al que piensa distinto y mostrando sobriedad en el cumplimiento de su rol'. El principal gesto del comité experto hacia la ciudadanía, agrega, debe ser 'el compromiso para tomarse con responsabilidad su rol'.

En general, los especialistas consideran que es importantes para, al menos, detener la caída en la confianza, dar certezas a la ciudadanía. 'La confianza es lo que traduce la legitimidad del proceso (...) La legitimidad del proceso también tiene que ver con el procedimiento', dice Grimalddi. Por eso recalca que es relevante que el comité logre transmitir que el proceso está en buenas manos. Una ceremonia inaugural que implique un rito 'convocante, donde reine el respeto y el espíritu de diálogo', es un buen primer paso.

Macarena Diez, abogada y académica derecho público de la U. Finis Terrae complementa que también es relevante 'buscar la forma en que las personas se sientan realmente partícipes e incidan en las decisiones que se van adoptando, y por lo mismo, se podrían generar instancias de retroalimentación (siempre), de seguimiento de sus propuestas y de transparencia'.

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