El Mercurio

Profesora María Elena 158x158

Tras la ratificación del abogado Ángel Valencia como fiscal nacional por el Senado este lunes, distintos abogados, académicos y expertos en seguridad identificaron cuáles son los principales retos que enfrenta su gestión.

Más de 100 días han pasado desde que el exfiscal nacional Jorge Abbott dejó la institución, tras cumplir la edad límite de 75 años para ejercer el cargo. Si bien fue subrogado por el persecurtor regional de Los Ríos, Juan Agustín Meléndez, al interior de la institución reconocen que han sido meses complejos ante la falta de liderazgo. También por el tenso proceso para el nombramiento del titular del organismo, que tuvo incluso dos nominaciones fallidas, la del jefe de la Fiscalía Local Santiago Norte, José Morales, y la jefa de la Unidad Anticorrupción, Marta Herrera.

El propio Presidente Gabriel Boric, junto con calificar la aprobación de Valencia como una 'buena noticia', llamó ayer a las diferentes instituciones y poderes del Estado a 'dar vuelta la página de los momentos de fricción que hemos tenido'.

'Poderes limitados'

Desde la propia Fiscalía Nacional manifiestan que entre las primeras tareas se encuentra el construir el liderazgo necesario y la confianza necesaria con los fiscales adjuntos y regionales, con el objetivo de poder tener influencia en la persecución penal del día a día, ya que entre sus atribuciones legales no tiene acción penal propia, salvo la situación excepcional que establece el artículo 18 de la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público.

Respecto de esto, el abogado y académico de la Universidad Diego Portales Mauricio Duce coincide y apunta que Valencia deberá 'rearmar equipo, dictar nuevas políticas', pero que parte del problema es que 'no tiene el poder para cambiar todas las cosas por su voluntad, tiene poderes limitados y los tendrá que ocupar muy bien'.

Por otra parte, en el Ministerio Público aseguran que otro factor importante será la ponderación entre la continuidad y el recambio en la dirección ejecutiva. Por ejemplo, mencionan algunas en que se deberían modificar, como el área informática —por la modernización que hace falta— mientras que hay otras que se encuentran vacantes —con interinatos— y cuyos nombramientos podrían ser una oportunidad para el nuevo fiscal nacional de marcar un sello: se trata de la Dirección Ejecutiva Nacional —la cual apuntan como importante en la relación con los funcionarios— y la Unidad de Drogas, una de las prioridades en el combate a la delincuencia.

La académica de Derecho Penal de la Universidad Católica María Elena Santibáñez remarca la importancia de que 'se sepa cuál es el equipo directivo que viene. También para dar tranquilidad a los equipos de trabajo que han estado todo este tiempo sin saber en qué se tienen que enfocar y creo que eso debería hacerlo lo más rápido posible'.

En esta línea, el exfiscal regional de Coquimbo Marcelo Sanfeliú, hoy penalista en el mundo privado, añade que el mayor desafío interno será 'cambiar las lógicas de funcionamiento, con funcionarios en altos e importantes cargos directivos que permanecen ahí por más de 20 años'.

Uno de esos elementos de funcionamiento a modificar, dicen en la institución, podría ser el control de los instructivos y criterios de actuación emitidos por la Fiscalía Nacional hacia las regiones, pues apuntan que, según evaluaciones internas, muchos fiscales no las tienen en cuenta e, incluso, no las conocen.

Coordinación con policías y prioridad en delitos violentos

Además, en cuanto a la persecución penal propiamente tal, Sanfeliú destaca el 'desafío gigantesco de coordinación con el trabajo de las policías, pero también de capacitación de fiscales' en otras áreas del derecho.

Santibáñez acota que Valencia 'tiene que acudir lo antes posible y hacer cambios significativos en lo que es la organización de la persecución criminal en la zona norte y la zona sur'.

En tanto, el presidente de la Asociación Nacional de Fiscales, Francisco Bravo, expresa que 'si logra reducir la tasa de archivo de homicidios y aumentar la esclarecimiento de un 60% a un 65% o 70% sería un gran logro'.

Duce, por su parte, destaca que se debe 'priorizar los delitos violentos y los mayores niveles de organización criminal', eso sí, poniendo cuidado no solo en organizaciones grandes, sino que también en otra más pequeñas que 'no por ello son menos peligrosas'.

En el Ministerio Público remarcan la necesidad de mejorar su evaluación por parte de la ciudadanía y en eso influye el tratamiento que se le dé a las víctimas, además de acercar el trabajo de la institución a la comunidad.

Bravo expresa en este sentido que 'es muy importante que los fiscales y toda la institución vayamos a la comunidad a explicar en qué consisten los procesos, qué trabajo estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo'.

Otro elemento que deberá resolver Valencia al asumir en el cargo, dicen desde la Fiscalía Nacional, es la relación que tendrá con las asociaciones de funcionarios, que son nueve, y la única que existe de fiscales. Aseguran que podría seguir, o no, la línea del exfiscal Abbott, que era de 'puertas abiertas', advirtiendo que estas tienen una alta influencia en asuntos de la institución.

En cuanto a posibles desvinculaciones, apuntan que si bien históricamente se esperaba hasta el bono del mes de marzo para realizarlas, atendida la urgencia de cambios en la institución, puede ser que esta vez debiese pasarse por alto esa práctica.

Desarrollar un plan contra el crimen organizado, ampliar competencias de actual unidad de análisis y fijar indicadores de cumplimiento de metas

Expertos en seguridad pública coinciden en algunos de los desafíos que debe enfrentar, de manera prioritaria, el nuevo fiscal nacional ante el actual escenario de delincuencia que vive el país. En ese sentido, proponen diversas medidas aplicables en el corto y mediano plazo que pueden dar respuesta al fenómeno.

Daniel Johnson, director ejecutivo de Fundación Paz Ciudadana, cree que lo primero 'debe ser impulsar la creación de una fiscalía suprarregional que permita investigar los delitos más allá de las fronteras de cada jurisdicción actual'. También 'establecer indicadores de cumplimiento de objetivos y metas, y ampliar las competencias de las unidades SACFI (Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos) de las fiscalías, para poder investigar bajo este modelo al crimen organizado'.

Por su parte el exsenador Felipe Harboe, plantea que 'debe establecerse una política criminal para saber cuáles serán los delitos que van a perseguir de manera preferente, y de tal forma orientar los recursos hacia fines determinados'. Y añade que 'debiera buscarse una fórmula para que los casos de terrorismo puedan ser investigados por fiscales que no residan en la misma región, evitándose situaciones de amedrentamiento'. Por último, propone la creación de 'una academia de formación de fiscales para que toda persona que quiera entrar al Ministerio Público deba cumplir un determinado curso de especialización'.

La exsubsecretaria de Prevención del Delito, María José Gómez, en tanto, sugiere que 'una herramienta adecuada sería una fiscalía especial contra el crimen organizado, que coordine y organice esfuerzos a nivel nacional'.

Priorizar delito de homicidio en persecución

Gómez concuerda además con Johnson en que sería óptimo 'entregar mayores atribuciones a los SACFI, priorizando el crimen organizado y el delito de homicidio'. Y, agrega, 'no se puede olvidar a las víctimas de la delincuencia', por lo que propone 'que se amplíe progresivamente la atención a las víctimas, con indicadores que puedan dar cuenta de la calidad de respuesta, públicos y auditables'.

Mientras que el general (r) de Carabineros, Aldo Vidal, dice que, en lo operacional, se deben mejorar 'los protocolos de actuación entre fiscalías locales y las policías, optimizar los tiempos de respuesta, de tal manera de no entorpecer el trabajo preventivo y agilizar el trabajo investigativo'.

Y que 'el recurso humano al interior de las fiscalías debe tener identidad, sentido de pertenencia, una clara definición de roles y tareas y debe primar el liderazgo. No pueden faltar los objetivos claros e indicadores de resultado'.

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