El Mercurio

arturo fermandois 158 158

Señor Director:

Dura tarea tiene la comisión de Armonización de la Convención. Entre otras cosas, debe proveer algo más de eficiencia lingüística a la exagerada cantidad de veces que el borrador repite la palabra 'Estado' al garantizar, reconocer o imponer deberes. Son 124 menciones.

El conteo de alusiones y fórmulas es el siguiente: 'El Estado reconoce', 20 veces; 'El Estado garantiza' o 'garantizará', 27 veces; 'El Estado promoverá', nueve veces; 'El Estado promueve', tres veces; 'El Estado velará', tres veces; 'Es deber del Estado' (respetar, promover, garantizar, dar, proteger, reconocer, proveer, etcétera), 35 veces; 'Corresponderá al Estado', dos veces y 'El Estado deberá' (realizar, fomentar, proveer, brindar, asegurar, garantizar, velar, respetar, etcétera), 25 veces. Total: 124.

Como contraste, y solo como ejemplo, la Constitución de España, ratificada en 1978 por un 91,81% de los votantes, es mucho más sobria: alude al Estado o a 'los poderes públicos' en un total solo 25 veces. Y esa carta no es menos social ni menos eficaz como texto fundamental del país. En 44 años de vigencia no ha tenido sino solo dos reformas.

De un modo similar, la Carta Fundamental de Colombia, redactada en 1991 por una Asamblea Constituyente, hace un total de solo 28 llamamientos al Estado para imponerle deberes, con fórmulas como 'El Estado promoverá' o 'Es deber del Estado', entre otras.

Podría pensarse que la proliferación de artículos que tiene el borrador de la Convención (499) —que más que triplican los 136 de la Carta peninsular y los 143 permanentes de la nuestra actual— obliga a multiplicar igualmente los llamados al Estado. Discrepamos. La Constitución de Colombia, por ejemplo, fue muchísimo más prudente en esta materia, a pesar de contar con 380 artículos permanentes y 67 transitorios. Una redacción clara, precisa y sobria debe corregir la casi obsesión reiterativa con que se alude al Estado en el texto.

Descargar imagen