El Mercurio
Alejada del ojo público pero con múltiples actividades de asesoría en materia laboral y previsional se mantiene la exministra del Trabajo María José Zaldívar. Pertenece a los directorios del Hogar de Cristo y de SoyFocus A.G., asesora al Grupo Quiñenco y a la consultora laboral ZM, y mantiene su rol académico en la Universidad Católica. ¿Su objetivo? 'Asesorar en materias previsionales y laborales porque hay tanta incertidumbre sobre cómo se van a plantear los cambios', explica.
—Propiedad, heredabilidad y libertad de elegir se han tomado el debate previsional. ¿Cómo ve estos temas? 'Me llama la atención que el foco no esté en cómo mejorar las pensiones y cómo podemos tener un sistema mejor. Si yo tengo claro cuál es el foco puedo buscar los mejores mecanismos para llegar a ellos'.
—¿Y qué se necesita? 'Necesitamos tener más recursos, porque las pensiones se financian con recursos. ¿Y cómo? Aumentando la tasa de cotización, aumentando la edad de jubilación, buscando mecanismos para una mejor rentabilidad de los fondos, disminuyendo de forma considerable las lagunas previsionales. Podemos buscar mecanismos para eso. Sobre la propiedad de los fondos y la heredabilidad de los fondos, son elementos que necesito para pagar las pensiones'.
—¿Por qué cree que se han convertido en temas tan relevantes? 'La propiedad de los fondos se ha vuelto importante porque necesitas generar incentivos para que las personas coticen. Si no tienen la seguridad de que su esfuerzo se va a ver suficientemente recompensado, va a generar desincentivo. Hay que recordar que la propiedad de los fondos se implementó en los 80 para corregir las deficiencias que tenía el sistema de reparto. La gente se olvida que con el sistema de cajas daba lo mismo cuánto habían ahorrado, si no cumplías con las reglas de la caja, no tenías derecho a pensión, no importaba cuántos años cotizaras. Luego, con la cotización individual, se construyó un mito de que la plata no estaba en las AFP y con los retiros se vio que eso no solo era falso, sino que las personas podían acceder a los recursos. Entonces, el derecho a propiedad se exacerba. Lo mismo ocurría con la libertad de elegir. Con las cajas era como las castas indias: empezabas en una caja y no te podías cambiar durante toda tu vida y eso se modificó con la reforma del 80, porque se plantea que cada uno puede escoger'.
—Pero, ¿funcionó? 'Esa es otra cosa. Tenemos malas pensiones, por eso es necesario hacer modificaciones al sistema'.
—A propósito de la heredabilidad, en el proyecto del expresidente Piñera, del 6% de aumento de cotización, el 3% que iba a un fondo colectivo tampoco generaba herencia. 'Los sistemas de ahorro colectivo no generan herencias, pero sí generan pensiones de sobrevivencia, que es inherente a la seguridad social. El problema es que ahora hay dudas sobre los ahorros de stock y flujo y la reacción de la gente es: hagamos solidaridad, pero no me cambien las reglas del juego'.
—¿Qué tan urgente es lograr un acuerdo? 'No nos podemos dar el lujo de dejar pasar la oportunidad de un acuerdo. Con el antiguo sistema, que desde los años 50 se sabía que estaba en crisis, se intentó cambiar en los 60 y 70 y finalmente se modifica en los 80 a un sistema que tampoco adquiere legitimidad'.
—Se ha planteado que la administración del sistema sea a partir de un ente autónomo, público. ¿Es mejor fórmula que las AFP? 'Es cierto que las AFP están sumamente cuestionadas y hay mucha gente que quiere terminarlas. Ahí es donde uno tiene que plantear que si el objetivo es que un nuevo sistema tenga legitimidad, ¿no tendríamos que fortalecer esa capacidad de elegir, que haya muy buenas alternativas, similares y comparables, que den esa libertad? Culpabilizar a las AFP de las bajas pensiones no es correcto, siempre se nos olvida que las pensiones son el reflejo de una historia laboral y no todos tienen la misma posibilidad de desarrollar trayectorias laborales económicamente atractivas. Por eso hacer solidaridad es tan importante'
—¿Qué tipo de solidaridad? 'Intergeneracional no, porque no es sustentable. Debe ser a través de las rentas generales de la nación porque es una solidaridad mucho más perfecta. Si lo hacemos solo a través de las cotizaciones, entonces es solo con los trabajadores. Cuando se hace a través de impuestos, somos todos'.
—¿Ve aporte en los diálogos de pensiones? 'Todo diálogo importa. Lo que he escuchado es que se han generado debates muy interesantes'.
—El sistema actual, ¿es un sistema de seguridad social? 'Nuestro sistema actual sí es un sistema de seguridad social. Porque si voy a medir solamente solidaridad en la capitalización individual no estoy analizando el sistema completo. Nuestro sistema tiene tres pilares: un fuerte pilar solidario, un pilar contributivo y un pilar voluntario que se podría perfeccionar'.
Los temas laborales del borrador constitucional
—¿Cómo ve lo que se aprobó? 'Veo consagrados derechos súper importantes y muy anhelados, pero que su redacción puede generar mucha conflictividad. Por ejemplo, se garantiza la seguridad social a partir de las cotizaciones de los empleadores y de los trabajadores. Entonces, yo como trabajador podría financiar una prestación para alguien que no salió a trabajar o que trabajó toda su vida ‘en negro'. Eso es complejo'.
—¿Es correcto regular el derecho a un 'trabajo decente'? 'Me genera inquietud el excesivo uso de adjetivos calificativos de las normas: es claro y lógico que los trabajadores tengan derecho a un trabajo decente, pero, ¿cuáles son los parámetros de una remuneración equitativa?, ¿el número de hijos que tenga?, ¿qué pasa con el trabajador que no tiene hijos pero está a cargo de sus padres? Además, si es un derecho fundamental, cualquiera lo puede exigir y se puede convertir en objeto de litigios'.
—¿Y sobre sindicalización y derecho a huelga? 'Es muy importante fortalecer los sindicatos, manteniendo el derecho del trabajador a elegir asociarse o no, porque uno igual entiende la relación laboral entre el trabajador y los empleadores, sean sindicalizados o no. El punto es que si los sindicatos van a poder abordar absolutamente todo, como empleador no tengo ninguna posibilidad de adoptar medidas que puedan destrabar un conflicto: todo queda sujeto a huelga. Eso va aumentar innecesariamente la conflictividad laboral'.
