El Mercurio

Matias Aranguiz 158x158

Vehículos aéreos que registran los movimientos de los ciudadanos y macrodatos que permiten calcular su riesgo de contagio son algunos de los sistemas que está usando el país asiático para contener el brote.
 
China está utilizando un arsenal de tecnología para paliar el brote de coronavirus, el cual ha superado los 100 mil contagios en más de un centenar de países. El gobierno del país asiático está usando drones en las ciudades más golpeadas por el virus para recordar que es obligatorio llevar mascarilla y avisar de las políticas sanitarias de las autoridades, a modo de altavoz. La revista asiática Abacus relata que estos vehículos también están entregando paquetes para evitar el contacto entre personas, pero además registran los viajes de los ciudadanos a través de códigos QR.

El sistema funciona así: los drones vuelan con un cartel que tiene un código QR y se aproximan a los autos en los peajes. Los conductores acercan sus celulares al código y así queda almacenada su salida o entrada a las ciudades. La meta es alimentar sistemas que arrojan el riesgo de contagio de las personas, según sus movimientos. De hecho, la prensa china informó que, desde hace ya dos meses, las autoridades vigilan muchas actividades de los ciudadanos a través de los datos que quedan almacenados en estos códigos (que han llamado la atención por su intromisión a la vida privada), los cuales también se utilizan para comprar servicios, como el pasaje de metro.

'El sistema de código se puede adquirir en plataformas de pago como Alipay y sirven como huella digital, registran dónde has viajado, dónde has comprado y con quién has estado', explica Matías Aránguiz, académico de Derecho y Tecnología de la UC, quien conoce el sistema. Los últimos cinco años trabajó como profesor en la Universidad de Fudan, en China.

Control de medicamentos

'Si voy en el metro, el sistema guarda en qué quiosco compré el ticket, en qué vagón estuve, y a la vez conoce información de las personas que están alrededor', explica Aránguiz. 'Todo eso se relaciona y, a través de un método de predicción, estima tu nivel de riesgo y te asigna un color'. En Hangzhou (al este de China), obtener un código verde significa poder hacer una vida normal y utilizar todos los servicios públicos, el amarillo implica una cuarentena de siete días, y el rojo, una de catorce. El sistema ya se utiliza en más de 300 ciudades del país y cubre a más de 800 millones de ciudadanos.

A ello se suman los robots que, según médicos locales, están 'trabajando' como asistentes en los hospitales y miden la temperatura corporal de quienes visitan edificios gubernamentales. Otra herramienta que están aprovechando las autoridades chinas son los macrodatos (big data) provenientes del transporte público o incluso de las farmacias, que en algunas ciudades están obligadas a registrar la identidad de quienes compran ciertos medicamentos. Con esto se puede saber si una persona estuvo en una zona muy afectada o si compró fármacos para síntomas asociados al virus.

'Si algo saben los chinos es de big data', dice Aránguiz. 'Esa tecnología está muy madura allá, por lo que yo creo que su uso podría ser realmente un aporte (para frenar el coronavirus)', añade. 'Por la cantidad de población, el sistema puede predecir mejor, porque tiene muchos datos de muchas personas', explica. Los medios chinos también han dado a conocer la puesta en circulación de unos automóviles equipados con sistemas de medición de temperatura.

Gracias a este sistema incorporado en el vehículo, pueden reconocer con precisión las caras de las personas —apoyados por los sistemas de reconocimiento facial impulsados por el gobierno chino— y medir temperaturas desde dos metros de distancia. Si se descubre que alguien tiene fiebre, el vehículo emite una advertencia y señala con un sensor a la persona con el síntoma.