La Cuarta
Alex van Weezel 158x158 
El 15 de junio, Gabriela Alcaíno y su madre, fueron asesinadas por el expololo de la joven.
• Un proyecto de ley apunta a ampliar la tipificación del femicidio, pero tiene observaciones. Estas son las claves para entenderlas.
Para el 6 de noviembre, está programado el despacho a la sala de la Cámara de Diputados, el primer proyecto de ley que tramita la Comisión Mujeres y Equidad de Género. La idea fue promovida tras el aterrador asesinato de Gabriela Alcaíno (17) y su madre, Carolina Donoso (53), las que fueron encontradas muertas al interior de su hogar, en la comuna de Maipú, con diversas heridas. Ambas fueron apuñaladas por Fabián Cáceres (18).

Si bien es considerado un doble femicidio, el asesino fue formalizado por homicidio, ya que la ley exige que el agresor haya convivido con sus víctimas para considerarlo como tal. El hombre aseguró que nunca pudo superar su ruptura con la joven.

El espíritu original de la iniciativa se justifica en el escrito "con motivo de odio, menosprecio o abuso por causa de género", pero será sometido a diversas modificaciones sugeridas por el académico de la PUC, Alex van Weezel, quien si bien está a favor de la idea de legislar en torno al femicidio, recomendó no caer en discriminaciones. Sus observaciones dan cuenta de las mejoras que se le deben hacer.

 

1.- Discriminación
El concepto de género utilizado es demasiado normativo, si se trata de un homicidio por razón de género, el autor no debe ser necesariamente un varón.

2.- Agravantes
No es buena técnica considerar como circunstancias agravantes otros ilícitos distintos, temporal o idealmente desconectados con el delito principal.

3.- Pololeo
Es problemático el privilegio. ¿Por qué no puede ser una relación de amistad o de particular confianza? Esta indicación podría dejar fuera a los expololos que nunca convivieron.

4.- Inducción al suicidio
El problema de tipificarlo como delito es que sería sólo para mujeres y la única explicación para que exista es que ellas serían más vulnerables, influenciables, débiles psicológcamente, etc, es decir, está en juego el principio de autonomía de la mujer, de no-paternalismo.