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Defensor de la Corte Penal Internacional y profesora de Derecho Penal de la UC analizan las diferencias entre un homicidio en primer grado y uno culposo.
En la última audiencia del juicio contra los chilenos en Malasia, la Fiscalía, que parecía inquebrantable en su postura, cambió de opinión: le ofrecieron a la defensa recalificar el delito de homicidio en primer grado o asesinato, como su código penal (con la intención de cometerlo) al de homicidio culposo (por imprudencia).
La teoría que ha sostenido durante todo el desarrollo de la causa es que Felipe Osiadacz y Fernando Candia cometieron un homicidio en primer grado (asesinato) en contra de un transgénero, al interior del hotel donde estaban alojados en Kuala Lumpur.
La horca o 30 años. Al inicio del juicio la Fiscalía les ofreció a las defensoras de los chilenos, las abogadas Venkateswari Alagendra y Saraswathy Devi, solicitarle al juzgado una condena de 30 años a cambio de que se declararan culpables. No aceptaron. Las abogadas insistieron en que Osiadacz y Candia nunca tuvieron la intención de matar a nadie. La consecuencia de esa decisión fue que la Fiscalía podía invocar la pena máxima de muerte, es decir, la horca. Y por cierto, seguir con la teoría del homicidio en primer grado.
Para demostrar ese supuesto asesinato con intención de cometerlo, la Fiscalía exhibió un video en que se ve toda la secuencia de los hechos. Sin embargo, ese mismo video dio cuenta de la agresión de la víctima hacia los chilenos. Además, otras tres pruebas entregaron el indicio que Osiadacz y Candia se habían defendido del ataque del transgénero. Lo que, al parecer, hizo que la teoría del asesinato se desmoronara. De esa forma el organismo persecutor les hizo una oferta a los chilenos: recalificar el delito por el de homicidio culposo. O sea, la Fiscalía se abre a disminuir la pena que le solicitará al juez. Y volvemos al código penal malasio: según el artículo 304, b, quien cometa homicidio culposo tendrá 'encarcelamiento por un término que puede extenderse a diez años'.
El peso de las pruebas. El video, asegura María Elena Santibáñez, profesora de Derecho Penal de la Universidad Católica, echa por tierra la teoría de la Fiscalía. 'Nos sitúa en una hipótesis de un actuar por defensa propia. Si viene alguien y te ataca, tienes derecho a defenderte. Pero se te puede pasar la mano. En ese caso, el resultado de muerte puede ser por negligencia o imprudencia. En el video no se ven pruebas de que hubo una intención de matar a otro', describe.
Juan Carlos Manríquez, defensor de la Corte Penal Internacional y asesor del Comité Chile–Malasia de la Comisión de Relación Exteriores, dice que la Fiscalía cambió de opinión porque los juicios son dinámicos. 'La postura de la defensa siempre ha sido que ellos no cometieron un homicidio, no provocaron ninguna circunstancia que justificara el que hubiesen sido agredidos y en su comportamiento jamás estuvo el ánimo de causarle muerte a alguien. Hasta ahora, la evidencia le ha ido dando la razón a esa postura y por eso la Fiscalía ofrece recalificar el delito a uno que tenga menor pena', explica.
Según Manríquez, es normal que la Fiscalía reconsidere los delitos en un juicio porque las pruebas solo existen cuando se exhiben ante un juez. 'Antes de eso, solo hay antecedentes, pero para que se transforme en una prueba tiene que ser examinado por el juez y por la contraparte, en este caso, las abogadas de los chilenos. Esos antecedentes demostraron no ser pruebas para inculparlos por un homicidio en primer grado', detalla.
El peculiar código penal malasio. El abogado de la Corte Penal Internacional dice que el sistema procesal penal de Malasia es parecido al que existe en Chile. Hay un juez, un defensor y una Fiscalía. El juez es quien declara la culpabilidad y decide la sentencia.
Pero el código penal, cuenta, tiene algo curioso que ayudó a que la Fiscalía cambiara su teoría del caso. 'Ellos aplican la justicia de precedentes. Su código tiene una serie de ejemplos bien detallados. En un juicio, la Fiscalía tiene que lograr que el caso sea lo más parecido a lo que aparece en la ley. La defensa tiene que hacer que no se parezca. Esa es una opción, pero también priman las sentencias previas en juicios similares', explica.
En el código penal de Malasia existe un capítulo llamado 'Delitos que afectan al cuerpo humano'. Ahí se describen los ejemplos en que un homicidio podría catalogarse como en primer grado. En la ley de Malasia se llama simplemente asesinato. Algunos ejemplos de homicidio con intención: Primero. 'A le dispara a Z con la intención de matarlo. Z muere como consecuencia de ese acto. A comete un asesinato'.
Segundo. 'A, sabiendo que Z está trabajando con una enfermedad, que un golpe en la cabeza puede causar su muerte, lo golpea con la intensión de causarle lesiones. Z muerte a consecuencia del golpe. A es culpable de asesinato, aunque el golpe pudo no haber sido suficiente para causarle la muerte a una persona con buen estado de salud'. Como se aprecia, estos casos no se acercan a lo que ocurrió en el caso de los chilenos.
Opciones de la defensa. El lunes la defensa tiene que definir si acepta la propuesta de la Fiscalía o no. 'Si acepta, asume los hechos que se le imputan. Es un simil de lo que se conoce como un juicio abreviado. De todos modos igual insistir en la legítima defensa. Una cosa importante, ningún fiscal hace un ofrecimiento sin antes haberlo conversado con el defensor. Al menos es así en la mayoría de los países', explica Santibáñez.
Manríquez agrega que si aceptan los nuevos cargos, la pena puede disminuir a un máximo de diez años de presidio. 'Al regular la sanción, se tiene que indicar que se trata de personas sin antecedentes previos, con irreprochable conducta anterior, que admitieron los hechos y que son extranjeros. Eso puede disminuir aún más la pena. En caso de no aceptar la oferta, se sigue el juicio como tal. Pueden volver al delito inicial, pero eso no se sostiene. O bien, pueden continuar con la recalificación. La defensa siempre en todos los casos puede solicitar la desestimación del caso por pruebas insuficientes', finaliza.
La teoría que ha sostenido durante todo el desarrollo de la causa es que Felipe Osiadacz y Fernando Candia cometieron un homicidio en primer grado (asesinato) en contra de un transgénero, al interior del hotel donde estaban alojados en Kuala Lumpur.
La horca o 30 años. Al inicio del juicio la Fiscalía les ofreció a las defensoras de los chilenos, las abogadas Venkateswari Alagendra y Saraswathy Devi, solicitarle al juzgado una condena de 30 años a cambio de que se declararan culpables. No aceptaron. Las abogadas insistieron en que Osiadacz y Candia nunca tuvieron la intención de matar a nadie. La consecuencia de esa decisión fue que la Fiscalía podía invocar la pena máxima de muerte, es decir, la horca. Y por cierto, seguir con la teoría del homicidio en primer grado.
Para demostrar ese supuesto asesinato con intención de cometerlo, la Fiscalía exhibió un video en que se ve toda la secuencia de los hechos. Sin embargo, ese mismo video dio cuenta de la agresión de la víctima hacia los chilenos. Además, otras tres pruebas entregaron el indicio que Osiadacz y Candia se habían defendido del ataque del transgénero. Lo que, al parecer, hizo que la teoría del asesinato se desmoronara. De esa forma el organismo persecutor les hizo una oferta a los chilenos: recalificar el delito por el de homicidio culposo. O sea, la Fiscalía se abre a disminuir la pena que le solicitará al juez. Y volvemos al código penal malasio: según el artículo 304, b, quien cometa homicidio culposo tendrá 'encarcelamiento por un término que puede extenderse a diez años'.
El peso de las pruebas. El video, asegura María Elena Santibáñez, profesora de Derecho Penal de la Universidad Católica, echa por tierra la teoría de la Fiscalía. 'Nos sitúa en una hipótesis de un actuar por defensa propia. Si viene alguien y te ataca, tienes derecho a defenderte. Pero se te puede pasar la mano. En ese caso, el resultado de muerte puede ser por negligencia o imprudencia. En el video no se ven pruebas de que hubo una intención de matar a otro', describe.
Juan Carlos Manríquez, defensor de la Corte Penal Internacional y asesor del Comité Chile–Malasia de la Comisión de Relación Exteriores, dice que la Fiscalía cambió de opinión porque los juicios son dinámicos. 'La postura de la defensa siempre ha sido que ellos no cometieron un homicidio, no provocaron ninguna circunstancia que justificara el que hubiesen sido agredidos y en su comportamiento jamás estuvo el ánimo de causarle muerte a alguien. Hasta ahora, la evidencia le ha ido dando la razón a esa postura y por eso la Fiscalía ofrece recalificar el delito a uno que tenga menor pena', explica.
Según Manríquez, es normal que la Fiscalía reconsidere los delitos en un juicio porque las pruebas solo existen cuando se exhiben ante un juez. 'Antes de eso, solo hay antecedentes, pero para que se transforme en una prueba tiene que ser examinado por el juez y por la contraparte, en este caso, las abogadas de los chilenos. Esos antecedentes demostraron no ser pruebas para inculparlos por un homicidio en primer grado', detalla.
El peculiar código penal malasio. El abogado de la Corte Penal Internacional dice que el sistema procesal penal de Malasia es parecido al que existe en Chile. Hay un juez, un defensor y una Fiscalía. El juez es quien declara la culpabilidad y decide la sentencia.
Pero el código penal, cuenta, tiene algo curioso que ayudó a que la Fiscalía cambiara su teoría del caso. 'Ellos aplican la justicia de precedentes. Su código tiene una serie de ejemplos bien detallados. En un juicio, la Fiscalía tiene que lograr que el caso sea lo más parecido a lo que aparece en la ley. La defensa tiene que hacer que no se parezca. Esa es una opción, pero también priman las sentencias previas en juicios similares', explica.
En el código penal de Malasia existe un capítulo llamado 'Delitos que afectan al cuerpo humano'. Ahí se describen los ejemplos en que un homicidio podría catalogarse como en primer grado. En la ley de Malasia se llama simplemente asesinato. Algunos ejemplos de homicidio con intención: Primero. 'A le dispara a Z con la intención de matarlo. Z muere como consecuencia de ese acto. A comete un asesinato'.
Segundo. 'A, sabiendo que Z está trabajando con una enfermedad, que un golpe en la cabeza puede causar su muerte, lo golpea con la intensión de causarle lesiones. Z muerte a consecuencia del golpe. A es culpable de asesinato, aunque el golpe pudo no haber sido suficiente para causarle la muerte a una persona con buen estado de salud'. Como se aprecia, estos casos no se acercan a lo que ocurrió en el caso de los chilenos.
Opciones de la defensa. El lunes la defensa tiene que definir si acepta la propuesta de la Fiscalía o no. 'Si acepta, asume los hechos que se le imputan. Es un simil de lo que se conoce como un juicio abreviado. De todos modos igual insistir en la legítima defensa. Una cosa importante, ningún fiscal hace un ofrecimiento sin antes haberlo conversado con el defensor. Al menos es así en la mayoría de los países', explica Santibáñez.
Manríquez agrega que si aceptan los nuevos cargos, la pena puede disminuir a un máximo de diez años de presidio. 'Al regular la sanción, se tiene que indicar que se trata de personas sin antecedentes previos, con irreprochable conducta anterior, que admitieron los hechos y que son extranjeros. Eso puede disminuir aún más la pena. En caso de no aceptar la oferta, se sigue el juicio como tal. Pueden volver al delito inicial, pero eso no se sostiene. O bien, pueden continuar con la recalificación. La defensa siempre en todos los casos puede solicitar la desestimación del caso por pruebas insuficientes', finaliza.
