El Mercurio
Maria Elena Santibanez 158x158
 
Abogados de familia, penalistas y la Defensoría Penal Pública destacan la importancia de medidas que seguricen al momento de denunciar y también durante el proceso. 
 
La posibilidad de retractación es alta en los casos de violencia intrafamiliar (VIF). Esa es la percepción del Ministerio Público y coinciden algunos operadores del sistema de justicia de familia y penal, quienes enumeran distintos elementos que pueden incidir en que una víctima se desista de seguir adelante con el proceso, tras denunciar.

"Una de cada dos mujeres, en general, se desiste o retracta", afirmó el director de la Unidad Especializada de Violencia de Género de la Fiscalía Nacional, Luis Torres, a "El Mercurio".

Falta de protección y una red de apoyo adecuada, un bajo número de casas de acogida o una tramitación -en ocasiones- excesivamente larga, se encuentran entre las deficiencias del sistema que se mencionan.

No se impide contacto con el agresor

"Las medidas de protección son claves y muchas veces estas pueden ser insuficientes y no impiden el contacto con el agresor", explica María Elena Santibáñez, penalista y quien participa de la Clínica Jurídica de la U. Católica. También, dice, puede potenciar la retractación "una toma de denuncia incompleta por personas que no están capacitadas y que no dan una pronta solución a la víctima".

A todo ello se suma, apunta Santibáñez, los "procesos muy largos". Y, en la justicia de familia, la percepción no es muy diversa sobre este punto.

"Como el sistema está colapsado, (las víctimas) presentan la denuncia, pero la citan en un tiempo no inmediato", comenta la abogada Marianela Villarroel, quien litiga en este ámbito. Sin perjuicio de ello, destaca que "una de las cosas que más falta en Chile son casas de acogida, una red de apoyo (...) más psicólogos y que las víctimas puedan acceder a una terapia que les permita empoderarse".

La ley define la violencia intrafamiliar como "todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente".

Impacto psicológico

Para el abogado y profesor de derecho penal de la U. de los Andes, Rodrigo Guerra, quien trabajó como defensor penal público, el impacto psicológico para la víctima en estos casos es muy relevante. Al punto en que hay casos donde en el juicio oral la denunciante se retracta y se responsabiliza de las lesiones para intentar que su cónyuge quede libre de condena. Pone el ejemplo de un femicidio frustrado ocurrido el 28 de julio en Ovalle, donde bajo un escenario de estas características, el agresor resultó condenado a cinco años de libertad vigilada intensiva. La fiscalía había pedido 15 años.

"El problema de los casos, en su mayoría, está en no enfrentar las primeras entrevistas con la víctima de forma adecuada e interdisciplinaria. Un penalista no es un psicólogo", dice Guerra.

Desde la Defensoría Penal Pública (DPP), dada su experiencia, tienen una opinión categórica sobre el impacto del desistimiento en el mayor o menor éxito de la fiscalía en estos casos.

"Una víctima retractada no justifica una cifra elevada de archivos provisionales (22 mil, equivalente a un 30,7%). Una víctima retractada no implica que no existan otros medios de prueba", plantea Octavio Sufán, jefe de estudios de la DPP Metropolitana Norte.

Y advierte: "La justicia penal no es la llamada a solucionar los problemas familiares, porque debe ser utilizada como un último recurso. Hay muchos casos que deben solucionarse en los tribunales de familia".

 

Promedio
Una de cada dos víctimas se desiste de su denuncia, según estimaciones de la fiscalía.

"Puede potenciar la retractación una toma de denuncia incompleta, por personas que no están capacitadas y que no dan una pronto solución a la víctima".
MARÍA ELENA SANTIBÁÑEZ
Abogada y profesora UC

"Una de las cosas que más faltan son casas de acogida, una red de apoyo (...) que las víctimas puedan acceder a una terapia que les permita empoderarse".
MARIANELA VILLAROEL
Abogada de familia