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Felipe Bravo 158x1582

Y es que la empresa Carozzi demandó por competencia desleal a Masterfoods Chile, por esa publicidad de la marca de comida para gatos, Whiskas, en donde se ufanaba de que ocho de cada diez felinos los preferían. Pero para la firma dueña de MasterDog y MasterCat eso no está probado.

Esto fue motivo, según informó La Segunda, de una demanda interpuesta por esta última el pasado 1 de agosto ante el 16º Juzgado Civil de Santiago, aduciendo que 'no hay estudios que avalen' dicha información utilizada en toda la promoción transmitida en redes sociales y televisión, señalando que esto puede inducir a un error en los consumidores, es decir, los dueños de estas mascotas.

De hecho, la firma plantea cuestionamientos en el documento de la acción judicial, tales como: ¿existe un estudio que avale lo indicado? Si lo hay, ¿cómo se efectuó el estudio? ¿qué organismo lo hizo? ¿en qué país? ¿qué variables se tuvieron en cuenta? ¿en comparación con quién existe esta elevada preferencia por ese producto? Pero esta pelea no es nueva, ya que Carozzi ya había hecho un reclamo en 2012 por este mismo motivo ante el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria, organismo que hizo un pronunciamiento ético a MasterFoods.

La disputa por el mercado gatuno no es menor. Según la misma acción judicial, Mastercat posee el 22,4% y Whiskas el 19,2%.

Pero, si un consumidor demandara ¿qué pasaría? 'Yo siempre lo había entendido como una exageración, o una frase publicitaria divertida', afirma de entrada Felipe Bravo, profesor de derecho económico de la Univerisdad Católica.

El académico dice que una persona sí podría alegar publicidad engañosa, aunque habría que demostrar que la frase en cuestión es falsa.

Bravo añade que se podría lograr que la empresa sea multada, pero insiste en que 'sólo si se prueba que efectivamente pudo haber una inducción al engaño, lo que me parece difícil en este caso'.

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