El Mercurio

Jose Luis Cea 158x158

Si bien se abre a discutir modificaciones a la actual Constitución, el abogado y presidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, José Luis Cea, plantea dudas respecto del contenido del proyecto ingresado esta semana por la Presidenta Michelle Bachelet.

A su juicio, solo se trata de "modificaciones puntuales" y acusa que es una iniciativa "carente de ideas interesantes". En paralelo, cuestiona el plan de eliminar los denominados quórums supramayoritarios al igual que las limitaciones para los controles preventivos voluntarios del Tribunal Constitucional, institución que presidió entre 2005 y 2007.

-La Presidenta Michelle Bachelet envió, como había prometido, un proyecto de nueva Constitución al Congreso. ¿Cuáles son los grandes cambios a la Carta Fundamental?

-En primer lugar, esta no es una nueva Constitución. Es una multitud de reformas o enmiendas puntuales que en algunos casos tienen carácter sustantivo, como es, por ejemplo, introducir algunos derechos sociales, y en otros casos, generalmente, son meras cuestiones formales, como cambiarle el título, un epígrafe, un capítulo. Además, de no ser una nueva Constitución, revela sobre todo un mensaje carente de ideas interesantes, sustanciales.

-¿No existe ninguna modificación profunda en el Mensaje?

-La Carta Fundamental hoy día es modificada formalmente con detalles en 132 artículos, pero la sorpresa es el artículo 133. Ese artículo es el que repite lo que la Presidenta hizo el año pasado en el sentido de que propuso un método distinto para cambiar la Constitución, con el objetivo de que el Congreso Nacional se pronuncie. Algunos dicen que el verdadero proyecto es ese, el artículo 133, y que lo demás es para que la gente se pierda y no se saque nada. Hay otra hipótesis, que es que hay una obstinación en el gobierno en insistir hasta al final en lo que ha sido una especie de tabla de salvación.

-¿Este proyecto fortalece la idea de continuar un proceso de revisión de la actual Constitución?

-Con el proyecto de la Presidenta Bachelet, la Constitución actual queda extraordinariamente fortalecida, en lugar de haberla debilitado. La paradoja es que la Constitución está siendo vigorizada, consolidada, lo cual no significa que vaya a quedar igual. Hay muchos aspectos que pueden ser objeto de diálogo, porque la Constitución no es algo de divina perfección.

-Uno de los ejes de la propuesta de la Presidenta es la incorporación de nuevos derechos sociales.

-El derecho a la educación se asegura en términos gratuitos, pero se dice: "Sí, pero se van a tener que pagar los gastos administrativos en que incurra el Estado". Gasto administrativo puede ser un desastre, una cantidad enorme de recursos que el Estado va a recuperar, y entonces no va a ser gratis. Hay derechos sociales, como el derecho de propiedad, que se han debilitado, y la cuestión social queda reducida al cuento de mando del bien común. No hay que oponerse a la incorporación de los derechos sociales; por el contrario, yo los aplaudo, siempre y cuando esté garantizado el financiamiento.

-Otro que se plantea es el derecho a la calidad en la salud.

-Es que eso depende del financiamiento. Si usted no tiene profesionales bien remunerados y capacitados, es imposible. Hay unos cambios que yo los considero desmesurados. Está bien que se extienda el recurso de protección. Pero que le entreguen el recurso con otro nombre, de tutela constitucional, a cualquier juez integrante del Poder Judicial en primera instancia, y que esto se pueda llegar al Tribunal Constitucional, significa una cantidad inmensa de recursos de protección ante los tribunales de primera instancia u ordinarios, lo que va a saturar al Tribunal Constitucional al punto de que no va a dar a basto. Aquí es donde uno ve la sombra del populismo, la huella y la impronta de algo que puede ser extraordinariamente seductor, atractivo pero muy peligroso, porque las instituciones no pueden absorber todas las demandas.

-Otro punto que se plantea también es la eliminación de los denominados quórums supramayoritarios. ¿Comparte esa idea?

-Si este país tuviera una estabilidad institucional reconocida, que no estuviéramos continuamente con el propósito de cambiar las instituciones, la rebaja a los quórums sería razonable. Pero no es el caso. Las mayorías que están en la Constitución actual aseguran estabilidad institucional, que es la que permite un desarrollo económico, un crecimiento del producto geográfico, una mejor distribución del ingreso. Los quórum dan certeza jurídica, aseguran legitimidad en la estabilidad institucional, y por eso que es muy delicado cambiar los sistemas de mayorías.

-Usted, como ex miembro del TC, ¿comparte la idea de eliminar el control preventivo voluntario?

-El Tribunal Constitucional no es una tercera cámara, no tiene nada que ver con eso. Su función es defender la supremacía de la Constitución. Esta es una idea muy antigua, muy añeja. Esa es la idea de un legislador omnipotente, sin controles efectivos, que son los que ejerce el Tribunal Constitucional. Sí estoy de acuerdo que le den al Tribunal Constitucional imperios; o sea, capacidad de exigir el cumplimiento y el respeto a sus sentencias. Esas ideas son parte de un grupo de 15 o 20 puntos que se pueden extraer de este proyecto y que se pueden configurar en uno nuevo por el Presidente de la República entrante.

-¿El Presidente Piñera debería continuar el debate constitucional?

-Hay que estar continuamente revisando las Constituciones. No hay que jamás considerar que es políticamente conveniente atrincherarse con la Constitución. Se debe estar abierto, permeable a los cambios constitucionales. Ojalá que el Presidente Piñera pueda impulsar esto con un proyecto distinto.

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