La Segunda 

José Francisco García 158x158

La sociedad chilena debate en la actualidad la re-configuración de su arquitectura constitucional. Para los constitucionalistas, ello ha generado un espacio único para el intercambio y la confrontación intelectual. Para el Derecho Constitucional Chileno, este momento es una evidente oportunidad para reflexionar y tomarse en serio la existencia de nuestra "tradición constitucional chilena".

La identificación de los hitos de esta tradición y la consecuente discusión sobre ella es algo importante para nuestra academia, por múltiples motivos. Entre ellos, el identificar estándares compatibles con nuestra idiosincrasia constitucional y nuestra rica historia constitucional. Entender nuestra tradición es útil para comprender los caminos hacia los cuales la misma ha evolucionado, identificar los problemas recurrentes, reconocer las debilidades y establecer un marco normativo de evaluación basado en nuestra propia identidad. Si el debate constituyente se dirige a generar una nueva Constitución que una a los chilenos (y no una que los divida), observar la tradición constitucional se vuelve un imperativo político para que la nueva Carta Fundamental forme parte de nuestra identidad. Los constitucionalistas tenemos una tarea crucial por delante.

Con todo, los conceptos mismos de tradición, tradición constitucional y tradición constitucional chilena han sido poco estudiados desde el constitucionalismo nacional, y su contenido es objeto de controversia. Como se verá en esta obra, a la complejidad de buscar desentrañar visiones y miradas del concepto de tradición que hagan sentido desde una perspectiva del derecho constitucional chileno, se suma el intentar describir una tradición específica de pensamiento constitucional: la forjada desde la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la que se constituye como uno de los afluentes intelectuales de la tradición constitucional chilena.

En este contexto, surgen ciertas preguntas en cuyas respuestas se encuentran claves fundamentales para acometer los objetivos propuestos. ¿Cuál es el contexto político-intelectual que marca los orígenes y forja los pilares fundamentales de una tradición constitucional especifica, determinando su rumbo y desarrollo posterior? ¿Cuáles son las peculiaridades de esta tradición, sus valores, principios, instituciones, aquellos que definen su estructura y le dan coherencia interna, distinguiéndola de otras tradiciones rivales? ¿Cuáles son, en fin, los mecanismos, instancias, formas a través de los cuales se transmite y evoluciona una tradición?

En el caso de la tradición constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, buena parte de las respuestas a las preguntas anteriores tienen como elemento común su adscripción a la tradición intelectual católica en general y a la tradición ius - naturalista tomista en particular. En efecto, buena parte de los planteamientos que nutren esta tradición constitucional encuentran sus raíces no solo en el pensamiento constitucional republicano de comienzos de la República, que tiene tanto componentes conservadores como liberales, sino en encíclicas como Aeternipatris (1878), Rerum novarum (1891) o Quadragesimo anno (1931). Estas son decisivas en sus orígenes y evolución temprana, para darles a todos los componentes anteriores una marcada lectura iusnaturalista, buscando un equilibrio entre los ideales políticos del socialcristianismo, el liberalismo político y el sistema económico capitalista, dando cuenta de un compromiso temprano con la justicia social y una democracia constitucional que trascienda el positivismo legalista imperante. Así, el constitucionalismo de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica ha jugado un rol relevante en el análisis de estos documentos, sirviendo de puente entre las ideas contenidas en ellos y los problemas del sistema jurídico chileno contingente. El lector encontrará antecedentes en este libro que le permitirán comprender el compromiso fundacional que este elemento común significa para la Universidad y su Facultad de Derecho.

En consecuencia, mi investigación buscará examinar el aporte relevante e inexplorado de la tradición constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile o, más específicamente, la de su Facultad de Derecho, aunque me referiré indistintamente a ellas. Su ethos ha sido forjado por una serie de juristas e intelectuales, entre los cuales destacan las figuras de Abdón Cifuentes Espinoza (1889-1918), José María Cifuentes Gómez (3911-1955), Carlos Estévez Gazmuri (1930-1950), Alejandro Silva Bascuñán (1934-2010), Enrique Evans de la Cuadra (1949-1997), Jaime Guzmán Errázuriz (1969-1991), José Luis Cea Egaña (1967-presente), y Marisol Peña Torres (1982-presente).

Todos los autores elegidos son o fueron profesores de Derecho Constitucional de la Facultad, y participaron del debate constitucional y político de su tiempo. Además de publicar textos académicos, todos ellos tuvieron algún nivel de influencia que trascendió a la Facultad de Derecho. Salvo en el caso de Abdón Cifuentes y Estévez Gazmuri, todos se formaron en la Universidad Católica. Como se verá, algunos de los autores seleccionados no se considerarían a sí mismos como "constitucionalistas", en el sentido estricto que hoy le damos a la expresión. No obstante, todos colaboraron con la tradición constitucional nacional desde la identidad de la Universidad Católica.

Como en cualquier selección, se cometen grandes injusticias. Hay muchos otros profesores de Derecho Constitucional de la Facultad que han dejado una huella en esta tradición en el pasado. Tampoco examinaré —salvo los casos de los profesores Cea y Peña— los aportes de quienes se encuentran hoy impartiendo activamente la cátedra. Espero que en el futuro se haga justicia sobre sus contribuciones a esta tradición.

El aporte de la tradición constitucional de la Universidad Católica a la tradición constitucional chilena, como se verá en esta obra, se da en dos planos.

Primero, ha reflexionado respecto de las materias fundamentales del constitucionalismo: el sentido y rol de la Constitución en la República, la soberanía (y sus límites), los derechos constitucionales, las formas de gobierno y la separación de funciones, la rigidez constitucional y el rol de la reforma constitucional, y el control de constitucionalidad de la ley, por examinar algunos de los más fundamentales. Pero más importante aún, la tradición constitucional de la Universidad Católica también ha contribuido al constitucionalismo chileno con elementos propios que forman parte de su identidad. Entre ellos, la naturaleza social del hombre y sus implicancias normativas para concebir la sociedad política, el Estado y su fin instrumental a la persona. Así, el Estado debe fomentar y garantizar las formas más diversas de asociativismo y promoción de una sociedad civil vigorosa, dándoles un sentido especial a formas subsidiarias como la autonomía comunal, concebida como una esfera pública intermedia, primera escuela de educación cívica de las personas.

De lo anterior se desprenden distintos derechos, como la importancia de proteger la libertad de enseñanza en su sentido más amplio; un concepto robusto de libertad de asociación, en tanto expresión de la naturaleza social del hombre; y del derecho de propiedad, aunque se reconoce que el ejercicio de este derecho está sujeto a las limitaciones propias de la vida en comunidad, relevándose su función social. La libertad religiosa es otro derecho que se vincula con lo anterior, de lo cual se desprende una posición especial de la Iglesia Católica (y las iglesias) en la sociedad y su proyección en el sistema jurídico.

Como se verá hacia el final de este primer volumen, algunas de estas instituciones y derechos evolucionarán, junto con la doctrina social de la Iglesia y el constitucionalismo contemporáneo, adquiriendo nuevas fisonomías; es el caso, por ejemplo, del principio de subsidiariedad, del valor de la dignidad humana o de los derechos a la vida y a sindicarse (voluntariamente). Esta evolución cobrará especial importancia en el segundo volumen de esta investigación.

Adicionalmente, y como se verá reflejado al final del segundo volumen de esta investigación —aunque ahora tendrá la forma de una tesis preliminar, pero necesaria—, es posible anticipar que para fines de los 70 la tradición constitucional de la Universidad Católica se complejiza y, manteniendo acuerdos importantes respecto de su núcleo esencial, ya comienzan a perfilarse, al menos, tres subtradiciones o subescuelas al interior del constitucionalismo de la Universidad Católica, lideradas por Alejandro Silva Bascuñán, José Luis Cea y Jaime Guzmán, respectivamente. En nuestros días, manteniéndose en lo esencial dichas subtradiciones, la interdisciplinariedad, los estudios de pos-grado (especialmente la formación doctoral en universidades anglosajonas), un mayor pluralismo metodológico, entre otros, son todos factores que generan una rica diversidad en el estudio y enseñanza del derecho constitucional en la Facultad.

Además, surgen posiciones eclécticas entre los profesores más jóvenes que vuelven más complejo categorizarlos en alguna de estas tres sub-tradiciones, las que en todo caso siguen siendo las más relevantes. Debo recalcar que nada de lo anterior obsta al hecho de que el núcleo esencial de la tradición se mantenga. Para ello son fundamentales diversas instancias, mecanismos y espacios que permiten la recepción y transmisión de la tradición, comenzando en la sala de clases en los cursos de derecho constitucional, en la labor de los ayudantes, en los seminarios de departamento (que permiten la interacción entre los profesores consolidados y los nuevos), los libros colectivos, además de un amplio conjunto de actividades no académicas que generan espacios para la recepción y transferencia de la tradición oral.

A pesar de que será tratado con mayor profundidad en el segundo volumen, una de estas instancias fundamentales fue el Magíster en Derecho Público (mención Derecho Constitucional) de la Universidad (hoy LL.M-constitucional), creado en 1992 por el profesor José Luis Cea. Este programa, cuyos mejores graduados han sido galardonados con el Premio Alejandro Silva Bascuñán, instituido en 1995, se ha convertido en uno de los semilleros más importantes de reclutamiento de los profesores de Derecho Constitucional de la Facultad. En el futuro, este rol seguramente lo jugarán el Doctorado en Derecho de la Facultad y los concursos públicos (los que crecientemente tendrán la connotación de ser internacionales), dando cuenta de los altos estándares, la globalización y profesionalización de la carrera académica.

Aspectos metodológicos

No es fácil definir la naturaleza de esta obra. Ella se asocia más a la idea de "historia de las ideas constitucionales" que a la dogmática constitucional o a una investigación historiográfica. Para contextualizar dichas ideas constitucionales, he tomado en consideración elementos biográficos relevantes de los constitucionalistas examinados, incluyendo sus principales aportes intelectuales en el debate público contingente. Revisando sus ideas constitucionales y la manera en que ellas influyeron en sus respectivos contextos, persigo identificar una unidad narrativa entre los autores analizados, en tanto todos pertenecen a una tradición constitucional que evoluciona. De esta forma, los autores son parte de una cadena, y el criterio para seleccionados es, entonces, relevante.

Este primer volumen rescatará la obra de los profesores Abdón y José María Cifuentes, Estévez Gazmuri, así como la primera parte de la contribución del profesor Silva Bascuñán (1934-1967), la que he dividido por su gran extensión. En términos cronológicos, examinaremos la evolución de esta tradición desde sus orígenes en 1889 hasta 1967. Creemos que este corte histórico encuentra sólidos fundamentos: el "Tratado" del profesor Silva Bascuñán de 1963 y su obra intelectual cosechan sus frutos. Su figura comienza a ser relevante en la sofisticación de esta tradición, pero a la vez en la reorientación del constitucionalismo chileno, como queda plasmado en su participación en las Jornadas de Derecho Público y en diversas publicaciones de la época. Decisivo será a su vez el año 1967 para la Universidad Católica y, también, para su Facultad de Derecho, por la reforma universitaria. Irá acompañado de una profunda reflexión respecto del sistema y la enseñanza legal. Ello tendrá como protagonistas no solo al profesor Silva Bascuñán, sino al profesor Evans y a los jóvenes José Luis Cea y Jaime Guzmán. También son años relevantes, de definiciones, reflexiones críticas, controversias, para la tradición intelectual católica, tras el Concilio Vaticano II.

Con el objeto de entender la influencia de estos autores, y los que serán abordados en el segundo volumen de esta investigación, he realizado además algunas entrevistas a los profesores José Luis Cea, Patricio Zapata, Marisol Peña, Pía Silva y Eugenio Evans, quienes han sido testigos directos o indirectos de esa época. Para estos efectos, elaboré un modelo de entrevista semiestructurada, que proporciona un razonable marco de flexibilidad para acometer esta misión.

Cada uno de los constitucionalistas de la Universidad Católica estudiados en este primer volumen tiene un capítulo propio. En cada uno de estos capítulos se ha seguido la misma estructura, compuesta de siete secciones. Primero, proporciono elementos biográficos básicos del autor, y luego examino el contexto político-intelectual del mismo. En el caso de Abdón Cifuentes, ello es especialmente relevante para determinar el contexto histórico, político e intelectual que forja la tradición. Respecto de los otros capítulos, dicho contexto orienta su evolución y consolidación. Enseguida, enfatizo el aporte intelectual de los autores dentro de su contexto particular y exploro la conexión entre dicho aporte intelectual y la tradición constitucional de la Universidad. Posteriormente, profundizo en la dimensión docente de los autores seleccionados, analizando, por ejemplo, su metodología de trabajo, la bibliografía utilizada, y, en la medida de lo posible, el recuerdo de sus ex alumnos sobre dicha cátedra.

Esta dimensión es importante, ya que los autores seleccionados no solo fueron influyentes en la tradición constitucional chilena en términos generales, sino que ellos también formaron una élite intelectual que es parte de la tradición constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica. Los alumnos y ayudantes de los autores son sus mejores embajadores, lo que da cuenta del proceso de recepción, transmisión y retroalimentación de la tradición.

Enseguida, exploro los trabajos académicos más relevantes y representativos de los autores seleccionados, identificando sus principales aportes en las materias fundamentales del constitucionalismo, ya identificados más arriba. A continuación, se abordan aquellas materias que son propias de la tradición constitucional referida, incluyendo el reconocimiento de la naturaleza social del hombre, la autonomía comunal, la libertad de enseñanza, el derecho de asociación, el derecho de propiedad y el estatuto jurídico de la Iglesia. Luego, evalúo el aporte del profesor examinado a la tradición constitucional de la Universidad, junto con el contexto del pensamiento constitucional en que se desenvuelve.

En esta parte, suelo comparar la contribución del autor con los aportes de los constitucionalistas de la Universidad de Chile, dando cierta perspectiva para evaluar la evolución, maduración y coprotagonismo de la tradición constitucional de la Universidad Católica como fuente de la tradición constitucional chilena. Finalmente, reviso algunos de los hitos relevantes en la evolución y maduración de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, tanto en lo institucional como en el plano de las ideas, en los tiempos del constitucionalista analizado. (...)

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