El Mercurio

José Joaquín Ugarte Godoy 158x158

Ante la idea de eliminar la filosofía del programa de la educación secundaria, o quitarle su carácter de asignatura aparte para mezclarla con otras cosas, queremos hacer algunas reflexiones, tratando de evitar algo que sería ruinoso para nuestra cultura y desarrollo intelectual.

1. El tema de la filosofía. "La realidad" es "unidad en la diversidad". Todas las cosas están aunadas por algo común, el existir, que todas realizan, y la filosofía las estudia como conjunto, y por sus causas primeras, a diferencia de las llamadas ciencias particulares, como la física o la biología, que abordan cada cual solo un sector de la realidad, sin referencia directa al ser, y por causas próximas, y muchas veces limitándose a lo que es perceptible por los sentidos y susceptible de experimentación.

Así, por ejemplo, la biología enseña que después de cierto tiempo, en un hombre se han renovado todos los elementos materiales, sin que partícula alguna sea la misma; pero no puede decirnos si ese ser humano es el mismo o no, porque de eso juzga la filosofía de la naturaleza, que descubre la estructura de substancia y accidentes; tampoco puede decirnos la biología si en los vivientes hay un principio vital que los hace tales. La filosofía de la naturaleza lo llamó alma, y muchos filósofos, como Platón (Fedón) y otros, han sostenido que el alma del hombre es independiente de la materia -es espíritu-, y es inmortal.

Las ciencias naturales no pueden decirnos si los seres que percibimos por los sentidos, incluido el hombre, y que constituyen la realidad visible, se explican a sí mismos, no obstante sus cambios, y el hecho de aparecer, existir por un tiempo y luego dejar de ser, en incesantes transformaciones; o si tales seres visibles presuponen un ser infinito, inmutable y eterno, perfección pura o acto puro, que los ha creado y los dirige y conserva.

El Derecho tiene leyes en materias que conciernen a los derechos fundamentales, como el de la vida, cuya última razón de justicia, según unos, es la voluntad mayoritaria de la sociedad, y según otros, una ley impresa por Dios constitutivamente en la naturaleza humana: la ley natural. La ciencia del Derecho Positivo no puede dirimir esta discusión.

Pues bien, el objeto de la filosofía es estudiar y resolver todas estas cuestiones y otras semejantes, que sobrepasan la finalidad y los límites de las llamadas "ciencias positivas", o "ciencias particulares". Naturalmente, y como todos lo sabemos, las respuestas de los diferentes filósofos y escuelas son muy distintas, y se ha podido decir que no hay ningún error que no haya tenido un hombre ilustre que lo sostenga; pero esto no quita validez a la filosofía. En ella hay absoluta libertad para plantear problemas y para proponer, examinar y discutir las posibles soluciones.

2. ¿Por qué estudiar filosofía? Una respuesta la dio explícitamente Aristóteles: "Todos los hombres desean por naturaleza saber", dice al comienzo de su Metafísica. Luego explica que el filósofo "es conocedor, en cuanto es posible, de todas las cosas, sin poseer la ciencia específicamente particular de cada una de ellas", y que conoce todo lo que se halla encuadrado bajo las dimensiones de lo general; que la filosofía es un saber especulativo, y de los primeros principios y causas primeras; y que fue la admiración lo que inicialmente empujó a los hombres a filosofar, y no un fin práctico. La filosofía, pues, merece ser elegida por sí misma, y por el ansia misma de saber: es una ciencia libre: la única independiente, porque se tiene a sí misma por razón última de su ser. Así, su posesión es, en cierto sentido, sobrehumana, propia de Dios, pero "es indigno del hombre -añade Aristóteles- no buscar una ciencia a la que le es posible aspirar". La filosofía, concluye, es divina por un doble concepto: porque Dios la posee en grado sumo, y porque trata de cosas divinas, "ya que Dios es concebido por todos como la causa y principio de todas las cosas, o al menos está entre ellos".

En suma, la filosofía abre al hombre a la posesión de las verdades supremas, y le da las normas de su actuar, plenificándolo como ser humano, porque "ni Dios puede dar ni el hombre puede recibir nada más excelente que la verdad" (Plutarco).

3. ¿Por qué mantener la filosofía en el programa? Después de todo lo dicho, la respuesta es fácil: porque nadie tiene derecho a privar a los jóvenes del acceso a las verdades supremas; porque el estudio de la filosofía es el más noble ejercicio del entendimiento, y porque desarrolla la mente, enseña a pensar por cuenta propia, y da reglas para el hallazgo de la verdad mediante la Lógica, para la moralidad de la conducta humana mediante la Ética; y para la justicia mediante la Filosofía del Derecho.