El Mercurio / Emol

Ricardo Irarrázabal 158x158

¿Cómo se vería Santiago sin contaminación? Igual que en los últimos días en que, gracias a la ventilación, los niveles de emisiones se han mantenido bajo los 50 microgramos de material particulado por metro cúbico, dice el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena. Claro que esta situación es excepcional, porque en días de preemergencia y emergencia los números se empinan hasta los 200 microgramos.

Para conseguir una baja de material durante todo el año habría que reducir en 70% las emisiones de invierno y para eso, a su vez, se precisaría de un parque vehicular más limpio, eliminar la combustión de leña y reducir el óxido de nitrógeno en los procesos industriales.

Esos son los objetivos del Plan de Descontaminación Santiago Respira, cuyos alcances, limitaciones y desafíos fueron debatidos ayer por especialistas en un encuentro del Centro de Políticas Públicas de la U. Católica.

Hay pasos que ya tienen plazos, destaca Mena. Por ejemplo, el próximo año se prohibirán los calefactores a leña en todo el gran Santiago y en cinco años más se evaluará si la medida se hace extensiva al resto de la región. También en 2017 será una realidad la restricción vehicular de carácter permanente durante el invierno para los catalíticos de mayor antigüedad. La medida apunta, en el mediano plazo, a una sustitución de esos vehículos por otros más modernos y que deberían ser menos contaminantes.

Luis Cifuentes, académico de la Facultad de Ingeniería de la U. Católica, tiene dudas sobre el retiro de los vehículos más antiguos. En lugar de ir sacándolos para, en su lugar, incorporar otros más modernos que no necesariamente son menos contaminantes, propone hacerles una mantención minuciosa, de modo de mantenerlos en óptimas condiciones para que produzcan mínimas emisiones.

Incluso sugiere crear una especie de sello verde que certifique el buen estado del auto y le permita circular. Así, dice, se evitaría seguir aumentando el parque vehicular y los vehículos usados no perderían tanto su valor comercial.

A Gianni López, director del Centro Mario Molina, le preocupa lo poco empleadas que han sido las nuevas tecnologías. Echa de menos el modelo de ciudades inteligentes o smart cities aplicado a la situación de Santiago. Que se mida con sensores en tiempo real las emisiones de la termoeléctrica de renca y de otros procesos industriales, de modo de diferenciar el material particulado y saber con exactitud cuántas emisiones corresponden a cada fuente.

El ex subsecretario de Medio Ambiente Ricardo Irarrázaval critica que la mayor falencia para que el plan de descontaminación funcione bien es que sigue la misma lógica que la antigua Conama. "Vale decir, distintos entes públicos coordinados que actúan de acuerdo a sus propios incentivos, no hay un rol preponderante del Ministerio del Medio Ambiente", dice el actual vicedecano de Derecho de la UC.

A su juicio, el plan también debería considerar permisos de emisión transables y otros instrumentos económicos como también generar buenos programas de cumplimiento de las medidas, que no solo impliquen fiscalización dura, sino también incentivos.

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