El Mercurio

Raul Madrid 158x158

Señor Director:

En relación con la afirmación de que el nasciturus no puede ser condenado a muerte mediante una ley de aborto, porque la ley civil dice que no existe (cosa por lo demás falsa, porque el artículo 75 del Código Civil sostiene que "la ley protege la vida del que está por nacer"), no puedo sino asombrarme del infinito positivismo al que puede llegarse en algunos temas.

¿Y si la ley dijera que los camellos hablan y las vacas vuelan? Más bien el derecho sirve al hombre, y no el hombre al derecho. Nada puede evitar que lo que vive en el vientre de una hembra humana sea también un miembro de la especie humana, ni siquiera los honorables legisladores.