La Tercera

rodrigo delaveau96x96

Desde hace un tiempo se viene planteando -por diversos actores- la necesidad de reformar la Constitución Política. Para ello se han ideado diversos mecanismos. Este debate promete reflotar en el corto tiempo, de modo que parece apropiado revisar las alternativas propuestas.

Recientemente, un grupo de constitucionalistas han planteado la idea de realizar un plebiscito convocado por el Presidente de la República, debiendo contar para ello con el acuerdo de ambas cámaras. Para los proponentes, el proyecto pretende autorizar a la Presidenta, protegiendo las atribuciones del Congreso, cuidándose de no concentrar en exceso el poder en el Presidente, pero eliminando lo que denominan "neutralizaciones más evidentes que contiene la Constitución vigente." Bastante se ha debatido en cuanto a la viabilidad -no sólo material, sino jurídica- de esta postura, ya que en opinión de algunos, aun en el evento de que ello sea posible constitucionalmente, no existiría el consenso necesario que una Carta Fundamental requiere en torno a esta estrategia. Precisamente por ello es que existen críticas que apuntan a que esta vía adolecería del mismo vicio que detractores de todo o parte del texto constitucional vigente achacan a la Constitución actual: ilegitimidad de origen, sobre la base que la vía plebiscitaria no se encontraría contemplada en la Constitución para estos efectos.

Esta posición contrasta con otros que promueven el cambio constitucional por la vía institucional, es decir, respetando el procedimiento de reforma constitucional actual mediante los 2/3 o 3/5 de los diputados y senadores en ejercicio, según se trate del capítulo a reformar. A esta posición se le ha criticado que el cambio se estaría generando por quienes han sido electos bajo el sistema binominal, erradicado del sistema jurídico. Por esa razón, dentro de esta postura, existen algunos que exigen que dicha reforma, no obstante realizarse por la vía institucional, debe realizarse una vez electo el Congreso bajo el nuevo sistema electoral.

Puestas las alternativas sobre la mesa, no parece descabellado indagar sobre si existen propuestas intermedias respecto de ambas posiciones. Así, es posible pensar un escenario donde la discusión detallada del texto se haga en el seno de un órgano representativo, de procedimientos conocidos y abiertos bajo la fórmula actual, como es el Congreso Nacional, lo que daría garantías de certeza respecto de su composición y accionar; y luego que el texto acordado por quórums que representen un sólido consenso entre las fuerzas democráticamente electas, sea plebiscitado y ratificado por la ciudadanía, requiriéndose igualmente de quórums superiores que expresen y den estabilidad al consenso político previamente forjado. Este diseño permitiría poner fin a la discusión en torno al contenido o legitimidad constitucional, sin pasar a llevar los pilares de la democracia representativa, de modo que se exprese en una "Constitución de todos". No obstante, esta vía alternativa requiere igualmente de reforma constitucional que permita la articulación de ambas instancias bajo la forma propuesta.