Revista Ya

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1 ¿Cómo ha lidiado con el mundo masculino del derecho?
Estoy cada día más feminista. He vivido una vida de lucha por la igualdad que me ha sido difícil, pero he tenido herramientas para enfrentarlo.

En un mundo masculinizado, tener voz, presencia y liderazgo es complejo. He estado en situaciones en que todas las autoridades de mi área han sido hombres, entonces el nivel de comunicación, sobre todo, el que va más allá de lo formal, es difícil.

Te excluyen, te ningunean de modo sutil. A mí no me interesa que los hombres no estén presentes, sino que la presencia y el nivel de decisión sea igual. Por eso es fundamental que las mujeres ocupen posiciones de poder, ya que es la única manera de que, integrados, hombres y mujeres puedan decidir para hombres y mujeres.

2 ¿Usted decidió que su carrera sería central en su vida?
Me gusta mucho trabajar, aunque también tengo otros intereses, la política, la música. Si me quedara con un solo aspecto, me aburriría, pero lo laboral es bastante central en mi vida. Me angustio tremendamente cuando tengo poco trabajo; necesito la vorágine. Ha habido etapas en que he estado menos tiempo con mi familia, pero mis fines de semana son sagrados.

3 ¿Qué haría para que más mujeres alcanzaran posiciones de autoridad?
Si las mujeres no están en posiciones de autoridad, liderazgo y decisión, las cosas no van a cambiar.

Como es difícil que eso se dé naturalmente -porque los hombres van a proteger sus espacios, ya que finalmente somos competencia-, soy partidaria de una ley de paridad. Nuestro punto de partida es demasiado deficitario, es necesario un refuerzo externo hasta que socialmente estemos preparados para que de manera natural se produzca la igualdad.

4 ¿Cuáles son sus habilidades de liderazgo?
Tengo claros mis objetivos en la vida, lo que puedo aportar y siento un llamado fuerte a compartirlo. Me dicen que dirijo bastante desde la autoridad. Soy la mayor de seis hermanos y eso marca. Los amigos de mis hermanos menores me llamaban "La generala".

Tengo un cuento fuerte con eso, pero al mismo tiempo reconozco un valor enorme al trabajo en equipo. En general, los abogados son individualistas, yo nunca he tenido ese enfoque para trabajar. Soy exigente con mis equipos, pero creo que tengo autoridad para serlo, porque yo misma me exijo mucho. Creo que la forma en que uno trabaja se plasma en el otro.

5 Usted formó su propio estudio, ¿qué dificultades ha tenido?
Me costó hacer el clic de pasar del mundo público al privado, sobre todo a los 40. Está el plus que uno llega desde la experiencia, pero hay muchos aspectos que uno no maneja y siente casi pudor, porque a esta edad todo el mundo espera que uno los sepa.

No soy acomplejada y si algo no lo sé, prefiero transparentarlo y que quien está al frente sepa que haré mi mejor esfuerzo. Eso hace que el resto de las personas no te juzgue; al contrario, valore que estés dispuesto a aprender.

6 ¿Qué le aconsejaría a una profesional joven?
Creo que se tiene que integrar en la vida, que uno es fundamental para que el mundo cambie, y que las cosas no cambian si no hay esfuerzo. Uno es partícipe y protagonista. Nadie te regala nada.

Yo siempre he funcionado así. El poder ser profesional y vivir desde esa realidad es un privilegio. Y si se tiene condiciones de liderazgo positivo, como yo creo que tengo, vivirlas como un llamado a abrir las puertas a otras mujeres para transmitir el mensaje de que todas tenemos un espacio reservado en el mundo público.