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La gran discusión política, agendada para el 2015, será el proyecto que cambia la Constitución de 1980 que rige actualmente. Fernando Atria, profesor de Derecho de las universidades Adolfo Ibáñez y de Chile, y José Francisco García, del Instituto Libertad y Desarrollo y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Católica, desmenuzan la próxima transformación estructural del gobierno.
Igualdad
"Las transformaciones contenidas en el programa (de Bachelet) van a producir beneficios para todos", dice Fernando Atria sobre una nueva Constitución que protege el derecho a la igualdad y a la no discriminación, además del reconocimiento de los pueblos originarios. Y explica que una nueva Constitución "para nosotros, los ciudadanos, nos permitiría cobrar cuentas". Principalmente con las promesas incumplidas: "Si elegimos un gobierno para que dicte leyes sobre igualdad de género y no lo hace, podemos decir que el gobierno traicionó su promesa", cuenta.
Para José Francisco García "hay un principio de igualdad en la Constitución y cada legislador ve cómo se va manifestando ese principio". Precisa que es partidario de que se discuta incluir en el texto temas como el matrimonio igualitario.
Sistema electoral
La nueva Constitución también se hace cargo del cambio al sistema electoral, modificación que aunque se negocia en la actualidad deberá quedar plasmada en la Carta Fundamental. "En la lógica de representación se debe estar lo más cerca posible de una persona un voto. Que el voto de un ciudadano de Aysén valga lo mismo que el de un ciudadano de Maipú", dice Fernando Atria. El cambio al sistema electoral mantiene sin embargo el binominal en seis circunscripciones senatoriales, lo que a su juicio es un error. "Fíjese que en Estados Unidos todos los estados eligen dos senadores y tienen una regla muy sabia, que es nunca elegir a los dos senadores en la misma elección", comenta, añadiendo que sería bueno hacer algo similar en Chile.
José Francisco García cree que lo mejor sería mantener los 120 diputados. "Elegiría un diputado por distrito. Creo que conversa mejor con el sistema presidencial que con el que estamos optando ahora, el proporcional", concluye
Poder del pueblo
Uno de los puntos relevantes de la nueva Constitución es someter las decisiones de la ciudadanía a referéndum, de forma que sea el pueblo el que arbitre en diferencias entre el Congreso y el presidente. El abogado Atria, más enfocado en la futura Constitución, afirma que "sería difícil presentarla como legítima si fuera el resultado de una comisión bicameral. Tendría un aire de arreglín. El nivel de participación debe ser mayor que el de cualquier proyecto".
El profesor de la Universidad Católica, en tanto, dice que los referéndum están regulados en la Constitución. "Lo que a mí no me gusta es emplear los plebiscitos en general. Es pasar de una democracia representativa a una democracia plebiscitaria donde el presidente utiliza sus políticas populistas para saltarse al Congreso", reseña, y añade que es el "comienzo de un sistema autoritario, populista".
Camisa de fuerza
Atria define la actual Constitución como una camisa de fuerza. "Las condiciones actuales para hacer transformaciones constitucionales son muy exigentes", requiriéndose en algunos casos 2 tercios o 3 quintos de los votos para realizar algún cambio. "Esta Constitución está tan neutralizada que una manera para fijar la prioridad en la discusión constitucional, es haciendo que las limitaciones aparezcan", dice el constitucionalista, y explica que la mayoría de las reformas terminarán en el Tribunal Constitucional porque allí las llevará la oposición. "La Constitución (actual) es como una camisa de fuerza que nos impide poner en discusión los aspectos importantes del modelo".
José Francisco García es directo: "La Constitución establece reglas para ser reformada. Se critica que es difícil modificarla, lo que no es cierto. Esta Constitución se ha modificado 34 veces".
