La Tercera

El sicólogo británico David Le Rooy -experto en técnicas para obtener testimonios de niños presuntas víctimas de delitos sexuales- visitó Chile hace un mes para dar una conferencia en el diplomado "Los derechos de los niños, niñas y adolescentes víctimas de delitos sexuales y el sistema judicial", organizado por el Poder Judicial, la Fundación Amparo y Justicia y la Universidad Católica. En la instancia participaron 52 jueces de garantía, de tribunales de familia y de juicio oral en lo penal. Tras su participación detalló los principales problemas que surgen al interrogar a menores víctimas de ilícitos sexuales.

¿Cuál es su diagnóstico sobre el proceso que se lleva en Chile en materia de investigación de casos de abuso a menores y los interrogatorios realizados para obtener los testimonios?

A partir de mi trabajo con Fundación Amparo y Justicia está claro que hay una necesidad percibida de hacer mejoras, adaptar e incorporar experiencias que han sido probadas y comprobadas alrededor del mundo. Chile no está solo en esta necesidad de mejorar sus procedimientos. Las personas que están llamadas a trabajar en esta área necesitan acompañamiento o soporte continuo, investigación y alta calidad de profesionales capacitados que estén llamados al trabajo.

¿Por qué cree que se cuestionan en los juicios orales los testimonios de los menores, como ha ocurrido en los últimos casos en Chile?

No he visto personalmente los detalles de los juicios penales en Chile, pero he trabajado en varios casos, tanto penales como civiles, en otros países. Las críticas usualmente nacen de lo que el interrogador o entrevistador hace o dice en la entrevista. Si ellos no siguen procedimientos establecidos propios es posible deducir información incorrecta, no dándole espacio al niño para explicar o preguntar algunas interrogantes complejas de forma sugestiva. He escuchado que acá en Chile se asume que los niños mienten sobre el abuso. Lo que es verdad es que si los niños no son interrogados de forma correcta, es decir, haciéndoles preguntas dirigidas o sugestivas, ellos pueden cometer errores. Esto no significa que ellos deliberadamente estén mintiendo, el problema está con el entrevistador, con las expectativas del entrevistador ante las respuestas a las preguntas que hace.

¿Cree que los jueces en Chile cometen un error al cuestionar constantemente los testimonios de los niños en juicios?

No sé las características específicas, pero si las entrevistas son buenas va a haber muy pocas dudas. Me han dicho que en los tribunales o en los juicios no se puede esperar que el niño recuerde todo detalle y que este hecho implica que no está diciendo la verdad. Este punto de vista no se sustenta de acuerdo a lo que nosotros sabemos sobre la memoria. Nosotros no recordamos todas nuestras experiencias en detalle, incluso, las de abuso. Por ejemplo, no recordamos con todo detalle experiencias sobre las cuales estamos acostumbrados. Asumo que las personas están acostumbradas a usar el peso chileno y si les pregunto si identifican cuánto dinero necesitan para hacer ciertas compras van a recordarlo, pero si ahora les hago preguntas focalizadas, como ¿cuál es el nombre de la persona que está en el billete de mil pesos?, ¿está mirando a la derecha o la izquierda?, ¿qué animales hay en el fondo?, etc., la mayoría va a empezar a equivocarse, pero sólo porque tú no tienes esos detalles no implica que tu memoria esté mal. Algunas veces a los niños se les hacen preguntas dirigidas como estas, que pueden ser muy específicas, y van a llevar a detalles que no se almacenan en la memoria.

¿Cómo se debe realizar un interrogatorio, quién lo debe hacer, cuántas veces y a cuánto tiempo desde que ocurrió el hecho?

Es cierto que con el paso del tiempo los niños y los adultos son propensos a olvidar detalles sobre las experiencias que han tenido. Por eso, las guías profesionales recomiendan que los menores tienen que ser entrevistados lo antes posible desde el sospechado abuso. Si la víctima es entrevistada apropiadamente, con preguntas abiertas, no dirigidas ni sugestivas, la calidad y la precisión de las respuestas y la información son altas.

¿Qué acciones realizadas por los entrevistadores podrían perjudicar la validez de ese testimonio?

Sugestión, complejidad, preguntas repetidas que no le dan al niño espacio para describir cosas con sus propias palabras.

¿Se debe mejorar la capacitación de las personas encargadas de interrogar a los menores?

Sí, hay muchos entrenadores competentes en el mundo que usan los mejores acercamientos a formas de entrevistas y cómo obtener mejores resultados.

Hay un debate en torno a las veces que un niño debe ser interrogado para evitar la victimización secundaria. ¿Basta con una entrevista única? Si en ésta el menor no declara lo ocurrido, ¿se pierde la oportunidad de tener una prueba válida?

Estoy absolutamente de acuerdo con reducir su número. Tristemente, los niños usualmente son abusados en varias oportunidades y algunas veces con una sola no es suficiente para ellos, para que cuenten absolutamente todo lo que nos quieren contar. Esto es un tema bastante complejo y una regla simple de solamente una entrevista no es apropiada. Las complejidades del caso muchas veces implican que más de un interrogatorio es necesario. Lo que las investigaciones nos muestran es que repetidas entrevistas sugestivas son muy dañinas. Por otra parte, una entrevista abierta no lo es si se deja que el niño nos diga todo lo que ocurrió.