El Mercurio

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El ascenso de China como motor del crecimiento económico mundial, su poder militar creciente, la progresiva influencia cultural, su actividad diplomática y su ascendente protagonismo en las organizaciones internacionales serán algunos de los temas de la tercera y última sesión del ciclo "Radiografía de un mundo en movimiento", de Encuentros "El Mercurio". En esta ocasión, Marcos Jaramillo, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Católica, y Sebastián Claro, miembro del Consejo del Banco Central, experto en comercio internacional y economía de China, conversarán con el editor de Internacional de El Mercurio, Juan Pablo Toro. Lunes 23 de junio, 19:30 horas. Casa Club Santa María (Av. Santa María 5542, Vitacura). Valor socios Club de Lectores: $6.000 (público general $8.000). Se venderán entradas en el lugar del encuentro. Más información en www.encuentroselmercurio.cl.

Futuro de la economía china se está diseñando en zona piloto de libre comercio de Shanghai

Desde que los europeos y estadounidenses se instalaron por la fuerza en Shanghai a mediados del siglo XIX para obligar a China a negociar con el mundo, esta ciudad hoy arrogantemente moderna ha sido un laboratorio clave para el comercio global.

Donde mejor se aprecia esto es en el Bund, el distrito financiero que recorre el río Huangpu y en cuyos márgenes se enfrentan edificios de arquitectura europea clásica con rascacielos chinos que parecen sacados de una película de ciencia ficción.

Si se avanza al sureste entre sampanes, barcazas con carbón y ferries con turistas, se llega a la zona piloto de libre comercio (ZLC) que se enmarca entre el aeropuerto internacional Pudong, el puerto de aguas profundas Yangshan y la zona franca y logística de Wai Gaoqiao.

Creada en septiembre por decisión del Primer Ministro Li Keqiang, la ZLC ha vuelto a reforzar la condición de laboratorio financiero de Shanghai, ya que en solo 28,78 km {+2} especialmente escogidos se están trazando nuevas políticas económicas, que tienen el potencial de ser exportadas a todo el país.

"El objetivo del terreno es cultivar las semillas, no hacer crecer bonsáis. Si la semilla crece muy bien, y si es adaptable, se puede reproducir en otros lugares", explica Zhao Quanmin, profesor de la Academia de Liderazgo Ejecutivo de Pudong.

Las medidas que ya se están implementando buscan sobre todo facilitar la inversión y comercialización de bienes y servicios desde y hacia el extranjero, así como promover la liberalización financiera.

Lo que en el fondo se ensaya es un modelo de reducción del control político sobre el mercado, donde se agilicen la creación de riqueza en medio de una economía que se desacelera, pasando de tasas sostenidas de 10% al 7,5% previsto para este año.

Un ejemplo. En la actualidad, el Ministerio de Comercio debe dar su visto bueno a cada nuevo negocio entre un inversionista extranjero y su contraparte local, lo que puede tomar de 6 a 8 meses. Mientras que en la ZLC esto puede tomar solo entre 4 o 5 cinco días, si el inversionista hace algún negocio en las áreas establecidas, que incluyen desde servicios logísticos hasta la venta directa de materias primas.

Esto también corre para los inversionistas chinos que en el marco de la zona piloto decidan comprar empresas extranjeras.

"Ahora el gobierno no aprueba el negocio, solo lo registra como un trámite", añade Zhao.

Lo anterior tiene su justificación. En el ranking de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, más conocido como "Doing Business", en 2013, al tope de la tabla aparecía Singapur, Estados Unidos se ubicaba en el cuarto puesto, Alemania saltaba al 20 y China estaba en un deshonroso lugar 91 (Chile era 37).

Otras de las novedades de la ZLC incluyen la creación de un sistema bancario independiente, que ya no separa las cuentas nacionales de las internacionales, de modo que las empresas pueden hacer transferencias directas desde y hacia China.

Por eso, se están dando facilidades para que bancos internacionales abran sucursales o se realicen operaciones conjuntas con empresas locales (con hasta 70% de la propiedad externa).

Aprovechando también que China está entre los principales consumidores del mundo de commodities , la ZLC tiene su zona franca para que las empresas extranjeras puedan vender directamente sus productos a los consumidores locales. Algo que queda claro cuando entre las interminables filas de contenedores y grúas de descarga del puerto de Wai Gaoqiao aparecen cátodos de cobre y lingotes de zinc y estaño bajo un día lluvioso.

Sin embargo, no todos los controles han sido levantados. En la misma zona existen 190 restricciones sobre negocios, incluidas en la autodenominada "lista negativa", algunas de las cuales tienen que ver con actividades sensibles para la seguridad nacional, sobre todo en el campo tecnológico.

Resultados a la vista

En una reciente visita a Shanghai, el Presidente Xi Jinping instó a la ciudad a seguir explorando fórmulas en la ZLC que sirvan para impulsar la reforma financiera en todo el país.

Pero, al mismo tiempo, advirtió que la "línea de tope" de las reformas tiene que ser la prevención de riesgos. Según China Daily (diario estatal en inglés), se trató de la primera vez que un dirigente nacional advierte a las autoridades locales de que no cometan errores. Lo que cobra más significado cuando se tiene en cuenta que el alcalde de Shanghai, ciudad de 24 millones de habitantes, hace parte de los 20 miembros del Politburó del Partido Comunista.

Porque fue justo en esta zona donde se empezó a implementar un tipo de cambio del yuan menos controlado, expandiendo la banda de flotación. Algo que ya aplica al país. También se están moviendo las tasas de interés, con el fin de que las empresas extranjeras dejen sus fondos acá.

Para el gobierno de Xi, Shanghai tiene el mismo significado que tuvo Shenzheng para Deng Xiaoping (1978-1992), quien escogió esa antigua región pesquera para probar las reformas modernizadoras que catapultaron al país al segundo puesto de las economías del mundo.

La gran diferencia con las zonas económicas especiales de Deng, que cumplieron la misión de atraer inversión extranjera a través de condiciones preferenciales en materia de aranceles y logística, es que en la ZLC se apuesta a la innovación en materia económica. Y si a la zona piloto de Shanghai le va bien, a toda China le va bien (y de paso al mundo), ya que esas políticas deberían ser exportadas al resto del país. De este modo, no solo se desarrollan las áreas costeras conectadas a los mercados globales y se deja rezagado al interior.

Desde la creación de la zona piloto hace ocho meses se han instalado 11.000 empresas, entre ellas Intel, Citibank, DHL, UPS y la local Sinotrans. Mientras que en las zonas económicas especiales, desde principios de los ochenta y hasta ahora, hay 9.000 empresas registradas.

En general, existe un consenso de que la economía china necesita un cambio. El país tiene un crecimiento económico fuerte, pero según China Daily hay especulación financiera y los rentables bancos estatales otorgan préstamos a bajísimos intereses a gobiernos locales endeudados, a consorcios de la construcción que no alcanzan a vender los edificios cuando ya empiezan otros y a empresas fiscales de bajo desempeño.

Por eso, se considera crucial optimizar el sistema financiero adoptando prácticas y normas más acordes con los estándares de las grandes economías desarrolladas.

Y en eso Shanghai vuelve a tener un lugar crucial en la historia del país. Por ejemplo, como en 1921, cuando un puñado de intelectuales reunidos en una pequeña casa de ladrillos del barrio francés crearon el Partido Comunista de China con consecuencias insospechadas, incluso para el mercado global.

Ocasión para Chile

En la zona piloto de libre comercio los países pueden abrir pabellones para promover sus productos y permitir que sus empresas hagan negocios con las contrapartes locales en poco tiempo. Hasta ahora, solo Australia y Nueva Zelandia abrieron sus pabellones.

Y Chile tiene un tratado de libre comercio con China y un acuerdo complementario de inversiones, con su mayor comprador de cobre, lo cual da un marco para seguir profundizando la relación con este mercado.

El impacto de la potencia china en la balanza mundial

Sobre este mismo tema, y como parte de la serie Encuentros de "El Mercurio", Marcos Jaramillo, director del Centro de Estudios Asiáticos UC, y Sebastián Claro, miembro del Consejo del Banco Central, experto en comercio internacional y economía de China, abordarán el "Impacto de la potencia china en la balanza mundial", mañana lunes, a las 19:30 horas, en la Casa Club Santa María, Av. Santa María 5542.

114 de las 500 más grandes empresas del mundo del ranking Forbes están instaladas en la zona piloto de libre comercio de Shanghai.