La Tercera

Arturo Fermandois96x96

Señor director:

Esta semana nos dejó el destacado constitucionalista Alejandro Silva Bascuñán, después de una larga vida de realizaciones. Sus cercanos han testimoniado elocuentemente su notable carrera de servicio público, pero antes de dar vuelta la página de sus despedidas, permítasenos una modesta reflexión en el plano de su excepcional calidad humana.

Don Alejandro alcanzó todos los cargos y honores posibles para un jurista, entre ellos, fue presidente del Colegio de Abogados por más de 10 años, miembro de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución (de 1980), doctor honoris causa y profesor emérito de la Universidad Católica de Chile, abogado integrante de la Corte Suprema y autor del más completo tratado de Derecho Constitucional en Chile.

Pero su fortaleza no estaba en los cargos, sino que en su espíritu humanista y su personalidad inquieta, aguda y proactiva. Dueño de un gran sentido del humor, siempre sorprendía con su capacidad de im- provisar discursos breves y profundos en medio de actos y ceremonias. A ellos asistía como público, pero solían convidarlo sorpresivamente a la testera. Durante sus alocuciones, contrastaba su físico delgado y vista ya deteriorada, con su voz firme y potente e ideas preclaras. No siempre coincidíamos en la interpretación constitucional, pero fue abierto y tolerante. Jamás se negó a presentar un libro del que discrepara o a participar en el debate de ideas, siempre testimoniando su inspiración cristiana del Derecho Público.

Don Alejandro Silva vivió más de un siglo, pero su legado humanista lo hará otro tanto, excediendo ese ya extenso período de realizaciones.