El Mercurio Legal

El impacto que ha tenido la nueva norma de carácter general de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) sobre autoevaluación de buenas prácticas de gobierno corporativo (NCG) fue el tema central de la IV versión de la Jornada de Gobierno Corporativo organizada por el Centro de Gobierno Corporativo UC.

El encuentro comenzó con la bienvenida del decano Derecho UC, Roberto Guerrero, y del director del Centro de Gobierno Corporativo, Matías Zegers, quien planteó su inquietud sobre si la norma es el instrumento adecuado para medir buenas prácticas de gobierno corporativo, sobre todo considerando los problemas de interpretación asociados a la misma.

"Personalmente —comentó— no sé si esta norma es el instrumento perfecto para evaluar buenas prácticas. Como centro, creemos que informar al mercado eventuales rankings de cumplimiento es un análisis simplista y pobre de una realidad bastante más compleja para las compañías y sus reales tácticas de gobierno corporativo".

Julio Dittborn, subsecretario de Hacienda, en tanto, se encargó de inaugurar el evento. En su discurso recalcó la importancia de mejoramiento continuo del gobierno corporativo de empresas públicas y privadas y repasó las normas más importantes que se han dictado en la materia: el nuevo reglamento de Sociedades Anónimas, la normativa de la SVS sobre buenas prácticas de Gobierno Corporativo y el proyecto de ley de Comisión de Valores y Seguros que actualmente se encuentra en discusión en la Cámara de Diputados.

Impacto de la NCG 341

Tras sus palabras, se dio paso al primer panel Impacto de la NCG 341: ¿agregar valor o agregar regulación?, del que participó el Superintendente de la SVS, Fernando Coloma y los profesores de la UC Rodrigo Álvarez (Derecho) y Eduardo Walker (Escuela de Administración).

En la jornada, los académicos presentaron los principales resultados del estudio realizado por el Centro de Gobierno Corporativo sobre la norma de carácter general 341 que analizó la respuesta de 91 sociedades del IPSA e IGPA sobre las prácticas que propone dicha regulación.

Para el profesor Álvarez lo preocupante es la ambigüedad de las preguntas y los efectos jurídicos que éstas conllevan: "aquí estamos hablando de declaraciones formales de los directorios y, por tanto, hay que medir cuál es la consecuencia legal de interpretar la norma en una u otra forma, y cómo esto va a impactar la interpretación posterior que realice la SVS".

Otro punto relevante, aseguraron los docentes, es si esta norma generará cambios de conductas reales y permanentes en el tiempo o si se estos responden sólo a la decisión adoptada por la autoridad. "Efectivamente hay algunas empresas que están considerando hacer cambios, pero ¿qué refleja esto?, ¿se identificaron verdaderas opciones de mejoras por parte de ellas o se están generando cambios por el riesgo legal asociado al no cumplimiento?", se preguntó Walker.

A ello se suma la incierta respuesta de los mercados frente a la norma, la definición de funciones del comité del directorio y cómo se complementarán con la nueva regulación y los efectos de aplicar preguntas de respuesta sí o no.

Una vez planteadas estos cuestionamientos, fue el turno el superintendente de la SVS, Fernando Coloma, quien contextualizó el surgimiento de la normativa y sus objetivos principales: entregar información estandarizada al mercado y permear las culturas organizacionales de empresas promoviendo la reflexión y la adopción de las mejores prácticas.

Advirtió, asimismo, que "da la sensación de que antes de la norma estaba todo bien y que ésta sólo vino a distorsionar las cosas. Creo que este pensamiento es un error. La norma es la respuesta a una falencia manifiesta en el tiempo".

Luego se refirió a las bondades de la regulación enfatizando que ésta entrega a las empresas un "vehículo estandarizado que permite que todos se informen en el mercado". Asimismo, explicó que la generación de buenas prácticas es un proceso dinámico, difícilmente capturable por un proceso legal establecido de antemano, y que esta norma entrega la libertad y el espacio a las empresas para hacer cambios de manera rápida.

El segundo panel de la jornada, titulado Control de riesgos como buena práctica, analizó dicha temática basándose en diversas experiencias y estándares internacionales. En el participaron Arturo Platt, socio de Deloitte; Claudio Muñoz, presidente de Telefónica Chile S.A.; y Alfonso Verdugo, gerente contraloría y riesgos de negocios corporativo del Grupo Security.