La Nación
Valeria Farías obtuvo 620 puntos ponderados en la PSU en 2011. Su sueño, desde la niñez, había sido estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Católica. Justo ese año, el puntaje de corte de la carrera fue de 760 puntos, así que sus posibilidades para ingresar al programa eran escasas.
"Si no estudiaba en esa escuela, no sería en ninguna parte. Yo sólo quería entrar a la facultad de la UC", rermarca la joven que egresó del colegio Filipense, de Santiago, con un 6,9 de promedio de notas.
Una amiga le comentó que había visto en la televisión una publicidad sobre el Programa Talento e Inclusión UC que otorgaba cupos para ingresar a esta carrera a los estudiantes que pertenecen al 10% superior de su promoción en la educación media.
Justo en esos días le llegó también un correo del preuniversitario donde se le informaba sobre esta iniciativa.
"Postulé, di la prueba de habilidades cognitivas y el día 3 de enero me anunciaron que había quedado seleccionada. Me dieron una beca que financia todos mis estudios", cuenta a Nación.cl.
Valeria cursa hoy 3° año de la carrera de sus sueños. Le ha costado, admite, porque no tenía una muy buena preparación de base. "Gracias a mi perseverancia y constancia personal pasé todos los ramos de Cálculo".
La joven integra la primera generación de estudiantes que fueron seleccionados con uno de los 30 cupos que tenía la carrera de Ingeniería en 2011. El programa lanzó este jueves su postulación, vía web, que se realizará entre el 5 de agosto y el 18 de octubre próximo.
Siempre se puede
Milena Olivares cursa 2° año de Derecho en la UC. Egresó del colegio Luis Urbina Flores, de Rengo. No se sacaba el 1° lugar del curso, pero tampoco le iba mal, asegura. "Me podría haber sacado 7 en las pruebas, pero prefería practicar danza o teatro, hacer otras cosas". Y además "era desordenada, revoltosa y muchos profesores hoy no me quieren ni ver", relata.
Hija única de una profesora general básica sabía que tenía una tremenda responsabilidad con su madre, que se sacrificaba mucho por educarla, y que por ello debía ingresar a la universidad.
"Por una compañera del colegio me enteré de la existencia de Talento e Inclusión. Postulé y fue seleccionada", remarca.
Se inscribió en Derecho, que era la carrera que siempre había querido estudiar. Claro que no todo ha sido fácil. "Al comienzo no tenía hábitos de estudio. Me costó memorizar, por ejemplo, un libro completo, pero para salir adelante hay que ser porfiado".
Ahora está feliz, porque "puedo motivar a los jóvenes y decirles que siempre se puede. Desde pequeños deben creer en ellos".